Como cualquier parte de nuestro cuerpo, la piel cambia inevitablemente con la edad. Pierde elasticidad y volumen, acumulamos líneas de expresión y arrugas, y la cara que otrora estuvo suave y tersa ahora se está floja y marcada. Estos cambios se deben en gran parte a la pérdida de grasa que subyace bajo nuestra cara, entre la piel y los músculos, que se va consumiendo con la edad. El atractivo facial y la juventud se asocian con un contorno facial liso y definido, por lo que incluso una mejoría modesta como la que se consigue con la cosmética antiarrugas es una victoria. Pero ahora, además, existe otra forma de combatir la flacidez y luchar contra las huellas visibles que el inexorable paso del tiempo deja en nuestro cuerpo: el yoga facial.
Este tipo de yoga es la última tendencia de una ya importante colección de innovaciones y variaciones dentro de la disciplina (como el chair yoga, el beer yoga o el cat yoga). El yoga facial consiste en una serie de ejercicios que prometen otorgarle a tu rostro los mismos beneficios que el yoga clásico le da a tu cuerpo: relajar y tonificar los músculos para proporcionarles una mayor fuerza y elasticidad. ¿Has arqueado las cejas escépticamente al leer esto? Bien, pues esa es una de las poses del yoga facial (más o menos.) Pero la pregunta real es: ¿Pueden realmente estas expresiones faciales específicas -por no decir ridículas- prevenir, e incluso revertir, las arrugas y la flacidez?. Para descubrirlo, sigue leyendo.
La razón de ser del yoga facial
Los defensores del yoga facial dicen que la relajación generalizada del rostro sirve para alisar las arrugas de expresión que hacemos todos los días sin darnos cuenta. Aparentemente, el simple hecho de relajar los músculos faciales que generalmente están siempre contraídos puede darte un estiramiento facial natural. La idea detrás del yoga facial, por tanto, es simplemente definir y fortalecer los músculos faciales, restaurando así (teóricamente) el volumen facial y reafirmando los contornos de la cara. Si el músculo de debajo se vuelve más grande, la piel tiene más relleno debajo y no tiende a colgar hacia abajo.
Dado que los músculos de la cara no pueden levantar pesas o subir a la cinta, la forma de tonificarlos y fortalecerlos es aplicando presión con la punta de los dedos o haciendo una serie de ejercicios no invasivos que cualquiera puede realizar en casa y que con toda probabilidad pueden ralentizar o corregir la apariencia de pérdida de volumen en la cara. No podemos afirmar que el yoga facial erradica todas las arrugas, pero definitivamente puede revertir la tendencia a la flacidez que ocurre con la edad.
Algunas posturas de yoga facial
Los nombres de las posturas de yoga facial son tan ridículos como las poses en sí mismas. Pero, si tienes paciencia y eres capaz de no partirte de risa frente al espejo y realizarlas con constancia durante veinte días, los expertos afirman que te verás tres años más joven… Y por probar no se pierde nada, ¿no?
¡Sorpresa!
Esta pose suaviza las arrugas producidas por fruncir el ceño. Se logra ensanchando los ojos sin arrugar la frente, y enfocándose en un punto en el horizonte de cinco a 10 segundos sin destensar la cara. Repite cuatro veces.
El león
Su objetivo es estirar los músculos faciales para aliviar la tensión. Tienes que inhalar por la nariz, al tiempo que aprietas los puños y las mandíbulas y contraes los músculos faciales. Luego, exhala por la boca, saca la lengua todo lo que puedas, (no es broma) pon los ojos en blanco y abre las manos. Repite tres veces.
Louis Armstrong
Esta postura es ideal para mantener las mejillas firmes. Para ello, hincha uno de tus mofletes con el máximo aire que puedas, luego transfiere el aire de mejilla a mejilla. Alterna de lado a lado hasta que te quedes sin aliento. Repite tres veces.