Controlar una postura correcta siempre es necesario no solamente porque te sienta mucho mejor, también favorece las articulaciones, los músculos, la circulación sanguínea y la mente.
¿Qué entendemos como postura correcta?
Por postura correcta se entiende la posición en la que se mantiene el cuerpo en el espacio. Una postura correcta aporta la capacidad de controlar una posición concreta, tanto si es acostada, sentada o recta, o realizar un movimiento usando una contracción muscular y de tensión de ligamentos mínima.
Ventajas de mantener una buena postura
Una buena postura influye positivamente en el organismo, entre las ventajas que aporta, se encuentran las siguientes:
- Minimizar la fatiga porque los músculos se usan eficientemente y el cuerpo requiere de menos energía para realizar movimientos.
- Mantener las articulaciones y los huesos correctamente alineados.
- Reducir el peso en las articulaciones.
- Minimizar la tensión de ligamientos con una alineación correcta de las articulaciones.
- Prevenir los dolores de espalda y de cuello.
- Prevenir los problemas de fatiga y tensión muscular.
- Reforzar el aumento de autoestima para sentirte mejor.
Controlar una postura adecuada debería ser natural y cómodo. En un inicio, cuando se comienza a cambiar la postura incorrecta por la más funcional, el cuerpo puede verse incómodo y estar afectado por la posición actual. Esto suele suceder ya que las articulaciones, ligamentos y músculos comienzan a trabajar de diferentes formas y el proceso de adaptación suele durar unos días.
Mejorar la postura correcta
Un consejo para poder mejorar la postura y para que comiences a practicarlo es empezar a “sentirte más alto”. Todos los músculos que colaboran en hacerte sentir más alto son los que van a mejorar la postura corporal. Esto es lo que debes hacer:
- Mantén la cabeza en posición erecta y con las barbillas hacia dentro.
- Cuando te encuentres de pie intenta hacer como si quisieras ser más alto, eleva tu cuerpo.
- La posición de los hombros debe ser hacia atrás.
- Las orejas deben estar alineadas con los hombros.
- Los brazos deben estar en dirección hacia abajo con una posición natural sobre el cuerpo.
- La espalda recta y las rodillas estiradas.
- Contraer un poco los músculos abdominales y no girar la cadera hacia atrás.
- Reparte el peso del cuerpo en la parte delantera de los pies y no sobre el talón.
- Intenta que el arco de los pies siempre tenga una posición neutral con un espacio entre el terreno y la planta del pie.
- Los pies deben colocarse en una posición igual con respecto al ancho de tus hombros.
- Si vas a mantener una posición de pie durante mucho rato, reparte el peso de un pie a otro o desde delante hacia atrás.
¿Cómo identificar la postura correcta?
Para identificar rápidamente una postura correcta ponte de pie al lado de la pared con los hombros y las piernas pegadas a la misma. La parte trasera de la cabeza también tendría que estar en contacto con la pared, si esto no sucede es que la cabeza se ha adelantado y no se encuentra alineada con el resto del cuerpo. Esto provoca que los músculos del cuerpo se encuentren bajo tensión provocando dolores y lesiones.
En el caso de que no puedas corregir tu postura por ti mismo, lo mejor es acudir a un especialista, en concreto un osteópata que te ayude a resolver todas las irregularidades que te impiden mantener una postura correcta.
Si por tu cuenta puedes lograr mantener una postura correcta, pero te es difícil controlarla, puede que el problema derive de una falta de resistencia y de fuerza de los músculos posturales. Un médico especializado en rehabilitaciones funcionales te brindará consejos sobre los ejercicios que más favorecerán los músculos posturales para poder mantener así tu postura correcta.