Todo el mundo sabe que hacer ejercicio físico es beneficioso para nuestro cuerpo y mente, y que las personas que lo practican regularmente generalmente viven vidas más sanas, felices y están menos estresadas que las que no lo hacen. Pero lo de ir al gimnasio puede resultar bastante intimidante para la gente que no está acostumbrada a hacer deporte, ya que no saben por dónde empezar para obtener resultados sin machacarse en exceso. Esa sensación de dificultad lleva a la gente a no empezar nunca o a rendirse y no ser capaces de aguantar los primeros días de gimnasio.
Además, el hecho de llevar inactivo una larga temporada o no haber hecho ejercicio nunca a lo largo de la vida también influye a la hora de aguantar los primeros días de gimnasio y ser capaz de incorporar este hábito saludable a nuestra rutina. La mayoría de la gente se tira de cabeza a un programa de ejercicios al azar sin preparar bien el cuerpo antes y como resultado se producen agujetas, lesiones y abandonos. Para evitarlo, es necesario una preparación corporal previa.
Cómo preparar el cuerpo para aguantar los primeros días de gimnasio
Comprueba tu estado físico actual
Lo más importante para aguantar los primeros días de gimnasio es que no te encuentres con un problema de salud que no sabías que tenías y pueda influir negativamente en tus entrenamientos. Por tanto, ir al médico a hacerse un chequeo y unos análisis es muy buena idea. Revisa tus niveles de azúcar y de colesterol, la presión arterial y, si es posible, una prueba de esfuerzo para descartar posibles complicaciones cardiovasculares. Los resultados te ayudarán a decidir si necesitas tomar precauciones de algún tipo durante tu rutina de ejercicios.

Ajusta tu dieta para obtener suficiente energía y eliminar alimentos perjudiciales
Si no lo haces, te cansarás muy pronto después de comenzar los ejercicios y probablemente te costará aguantar los primeros días de gimnasio. El primer paso para cargarnos de energía y estar fuertes es mejorar la nutrición en términos de ingesta de calorías y el equilibrio adecuado de carbohidratos, proteínas y grasas. Evita el alcohol, los refrescos, los alimentos procesados, las grasas trans, el azúcar y la bollería industrial.
En su lugar, consume alimentos naturales con elaboraciones sencillas, e intenta que las calorías que ingieres provengan en un 50-60% de proteínas; 30-40% de carbohidratos, y el resto de grasas saludables. Además, durante tus primeros días en el gimnasio puedes empezar a tomar un suplemento deportivo de alta concentración específicamente diseñado para acabar con el cansancio y la fatiga y mejorar el rendimiento deportivo.
Mejora tu resistencia para tener fondo físico
Si ya has practicado algún deporte con anterioridad y tu cuerpo está relativamente acostumbrado al ejercicio físico, tal vez puedas saltarte este paso. Pero, si nunca has hecho deporte y no tienes fondo físico en absoluto, es indispensable que aumentes tu resistencia para poder aguantar los primeros días de gimnasio sin sentir que te falla el cuerpo y no te da para más.
La resistencia se aumenta con la ayuda de ejercicios cardiovasculares como correr, andar en bicicleta, nadar y saltar. Empieza poco a poco, tal vez de 10 a 15 minutos dos veces por semana, y aumenta lentamente la duración y la frecuencia. Lo ideal es que tu cuerpo pueda aguantar hacer cardio durante al menos 45 minutos sin parar a intensidad media tres veces a la semana.
Comienza a trabajar la fuerza muscular usando el peso de tu propio cuerpo
Plantarte el primer día en el gimnasio e intentar levantar el mismo peso en las máquinas que los que están a tu alrededor es un error de novato que comete más gente de la que debería, y que puede resultar en lesiones graves. Para empezar a poner a tono tus músculos, lo ideal es usar ejercicios que utilizan el peso corporal como resistencia: flexiones, abdominales, planchas, sentadillas, burpees, etc.
Después varias semanas combinando estos ejercicios con el cardio, estarás físicamente preparado y será el momento ideal de empezar a introducir las pesas y las máquinas o las clases colectivas con la garantía de que podrás aguantar sin rendirte y abandonar.