Debido al ritmo de vida de la sociedad actual –plagada de situaciones y elementos agobiantes como el ajustado calendario laboral, las facturas por pagar, los imprevistos, el teléfono que nunca deja de sonar, los correos sin contestar, los atascos, etc.-, el estrés se considera como la enfermedad del siglo XXI. Y no es por casualidad: según la Organización Mundial de la Salud, el 10% de la población mundial padece afecciones derivadas del estrés tales como los trastornos de ansiedad. Por este motivo, para evitar males mayores es necesario encontrar soluciones que nos sirvan como antídoto contra el estrés en nuestro día a día. En este artículo te hablamos de la más sencilla, rápida y efectiva: el ejercicio.
¿Cómo afecta el estrés a nuestro cuerpo?
El primer paso para encontrar un antídoto contra el estrés es comprenderlo. Cuando nuestro cuerpo se ve sometido a una situación que nos genera estrés o ansiedad, se produce una reacción que activa tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, preparándonos para enfrentar cualquier amenaza. Nuestro cerebro entra en estado de alerta, lo que provoca que el sistema endocrino libere adrenalina y cortisol. Estas hormonas, a su vez, desencadenan una serie de respuestas en nuestro organismo como el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, dificultad en la respiración, etc.
Esta respuesta corporal existe únicamente como mecanismo de defensa heredado del instinto animal de supervivencia, por lo que su única función es que el cuerpo esté preparado para reaccionar en situaciones de peligro. Sin embargo, cuando nos vemos sometidos a niveles de estrés muy elevados durante largos períodos de tiempo, esta respuesta positiva puede convertirse en nuestro peor enemigo y producirnos una serie de consecuencias negativas tanto físicas como psicológicas, lo cual puede ocasionar un mal rendimiento en nuestras actividades diarias, enfermedades graves, o incluso la muerte a largo plazo. Por tanto, teniendo en cuenta lo que hace el estrés en nuestro cuerpo, debemos aprender a combatirlo.
¿Por qué el ejercicio funciona como antídoto contra el estrés?
Hacer ejercicio regularmente no sólo nos ayuda a mantener la figura y los músculos fuertes, sino que también tiene una fuerte influencia en nuestra mente. Son numerosos los estudios que avalan beneficios psicológicos de hacer deporte diariamente, ya que con ello logramos reducir los niveles de ansiedad y lograr un equilibrio entre cuerpo y mente, haciendo que nos olvidemos de todas aquellas preocupaciones que afectan a nuestra vida personal y actividades diarias negativamente. He aquí las razones por las que el ejercicio es un buen antídoto contra el estrés:
- El ejercicio reduce los niveles de ansiedad y la sensación de tristeza. Además de la relajación que implica de por sí el cansancio físico, al hacer deporte liberamos endorfinas (también conocidas como la hormona de la felicidad). Se estima que en una sesión de ejercicios puede generar hasta 120 minutos de respuestas de relajación ocasionadas por neurotransmisores y endorfinas que mejoran tu estado de ánimo.
- El ejercicio ayuda a que tu mejore tu rendimiento en el trabajo y que tu capacidad de aprender sea más efectiva y rápida.
- Hacer ejercicio diariamente nos obliga a gestionar mejor nuestro tiempo, ya que tenemos que organizarnos para sacar un hueco para salir a correr e ir al gimnasio, y esto ayuda a que seamos más eficientes en nuestras tareas y no procrastinemos.
- Hacer ejercicio también te empuja a llevar una dieta equilibrada, lo que a su vez puede ayudarte a controlar mejor el estrés si tienes problemas de ansiedad con la comida.
- Practicar deporte mejora tu autoestima. Al ver que logras tus objetivos y notar los efectos de la actividad física en tu cuerpo, te sentirás mejor contigo mismo, lo cual ayuda a reducir la inseguridad (que es uno de los muchos factores que nos provocan estrés).
¿Cómo hacer ejercicio para combatir el estrés?
Ahora que sabes que el ejercicio es el mejor antídoto contra el estrés, probablemente te preguntes por dónde empezar. Si no acostumbras a hacer deporte y empiezas desde cero, siguiendo estos sencillos pasos te será muy fácil ponerte manos a la obra:
- Consulta con un médico. Él te dirá cuál es tu estado de salud actual y en qué deberías enfocarte para mejorar tu salud, o si hay alguna actividad que no puedas realizar o que debas realizar de forma especial
- Comienza con ejercicios suaves. A medida que mejore tu condición o rendimiento físico puedes ir subiendo poco a poco la intensidad, pero es importante no sobrecagarse al principio para no lesionarte.
- Busca una actividad que disfrutes, de esta manera dejarás de verlo como una obligación y tendrás ganas de hacerla en vez de buscar excusas para no entrenar.
- Distribuye tus horas de ejercicio semanales a lo largo de los días de acuerdo a tu disponibilidad.
- Ponte metas con un límite de tiempo, y asegúrate de que sean cosas posibles de acuerdo a tus capacidades y disponibilidad, de esta manera es más probable que las cumplas y siempre te sentirás motivado a superarte cada vez más.
- Encuentra algún amigo que se una a tu rutina de entrenamientos. El tener un compañero o sistema de apoyo ayuda a que te mantengas motivado por más tiempo y a mantenerte en esta línea.
- Cambia tu rutina con frecuencia, así no te aburrirás por hacer siempre lo mismo. Además, el hecho de variar los ejercicios mantiene a los músculos alerta y los hace trabajar más. De esta manera no te estancas y siempre estarás viendo cambios positivos en tu cuerpo.
- No te olvides de que hacer ejercicio no tiene que ser una obligación, sino un antídoto contra el estrés que te ayude a despejarte de tus responsabilidades mientras te lo pasas bien.