El rendimiento físico que tenemos a la hora de practicar cualquier ejercicio depende de muchas cosas, una de ellas son los tipos de fibras musculares. Por esta razón es importante saber cómo funciona el músculo, y de esta manera utilizar estos conocimientos en pro de trabajar el crecimiento muscular.
Lo primero que se debe mencionar es que un músculo se compone por muchas fibras musculares, que son las células musculares. Estas fibras se unen y forman un músculo. Los músculos que nosotros entrenamos están compuestos por fibras musculares estriadas, que son las que están bajo nuestro control voluntario. Es decir, que cuando nosotros queremos levantar una pesa estamos haciendo uso de estos músculos esqueléticos. Los músculos que no controlamos voluntariamente son los que están compuestos por fibras musculares lisas, y son los que encontramos en algunos órganos como el estómago y los intestinos, o alrededor de los vasos sanguíneos.
La unidad motora
La unidad motora no es más que un conjunto de fibras que están conectadas con un solo nervio. Existen unidades motoras lentas y rápidas, y esto depende de cuántas fibras estén inervadas por un solo nervio. En el caso de las rápidas, la neurona inerva muchas más fibras que en las lentas.
Tipos de fibras musculares
Existen tres tipos de fibras musculares: las rápidas, las intermedias y las lentas.
Fibras rápidas
Las fibras rápidas o también denominadas IIB componen la mayor parte de las fibras del músculo esquelético. Son llamadas de esta manera porque tardan aproximadamente 0.01 segundos en contraerse desde el momento del estímulo del nervio. Este tipo de fibras musculares es capaz de producir una fuerte contracción muscular. El aspecto más importante a considerar con respecto a las fibras rápidas es el tiempo en el que se fatigan, y debido a que consumen una gran cantidad de energía en poco tiempo, suelen agotarse más rápidamente. En el caso de que la actividad de estas fibras musculares se prolongue, se utiliza un mecanismo anaeróbico para producir energía, es decir, sin utilizar oxígeno.
Los deportes en los cuales tienen protagonismo las fibras musculares IIB son los de máxima potencia en poco tiempo, como por ejemplo las carreras de velocidad.
Fibras intermedias
Las fibras intermedias o IIA son una combinación de las fibras rápidas y lentas. Este tipo de fibras soporta más antes de fatigarse que las rápidas. Como estas fibras son una combinación de las rápidas y lentas, el condicionamiento físico puede favorecer a que predomine un tipo de fibra en específico. Es decir, si se entrena un músculo para que tenga mayor resistencia, éstas fibras podrán adaptarse y ser más resistentes al agotamiento.
Fibras lentas
Las fibras lentas o I son mucho más delgadas que las fibras rápidas, y son mucho más resistentes a la fatiga. Esto ocurre debido a que estas fibras tienen un mayor aporte de oxígeno, es decir, les llega más sangre, por lo que deben recurrir menos al metabolismo anaeróbico y resistir más contracciones seguidas que las IIB.
Los deportes que están más relacionados a las fibras musculares lentas son aquellos en los que predomina la resistencia, como por ejemplo los deportistas que participan en maratones.
Lo que todo esto nos indica, es que los deportistas que tienen predominio de las fibras rápidas pueden tener mayor ventaja en ejercicios de rapidez que sean breves, por ejemplo, mientras que en los que predominan las lentas pueden tener mayor facilidad para deportes de rendimiento donde es necesario mayor tiempo practicando el deporte.
Al hacer una comparación entre los músculos gemelos (ubicados en la parte posterior de la pierna) de un maratonista y de un velocista, podemos encontrar que en el caso del maratonista entre un 93 y un 99% de las fibras son lentas, por lo que pueden soportar el tiempo de la carrera completa. Por otro lado, el velocista tiene sólo un 25% de fibras lentas en sus gemelos, por lo que predominan las fibras rápidas para lograr contracciones rápidas y fuertes durante poco tiempo.