Las proteínas a base de insectos han venido haciéndose un hueco entre las opciones de suplementos proteicos. En principio puede parecer extraño y hasta chocante, ya que se trata de algo completamente distinto a lo que estamos acostumbrados. Pero la verdad es que hay muchas culturas en las que los insectos forman parte de la alimentación cotidiana. En China, Tailandia o México, no es raro ver suculentos platos de alta cocina con un par de insectos rebozados o en salsa.
A pesar de ser algo novedoso, ya es posible encontrar en España líneas de suplementos en polvo a partir de esta fuente de proteína y proteínas vegetales. Los insectos tienen todos los aminoácidos esenciales y, junto con las proteínas vegetales, resultan ser una opción muy completa para perseguir una alimentación más saludable.
Consumir un producto a base de insectos no es para todo el mundo, eso seguro, pero siempre habrá personas arriesgadas y dispuestas a experimentar con cosas nuevas. Si te gusta probar y conoces todos los beneficios que aporta, seguro serás una de ellas.
Para qué sirve la proteína de insecto
Es bien sabido que la proteína es un macronutriente importantísimo y no debe faltar en la alimentación. La proteína de insectos es una manera muy práctica de complementar nuestros requerimientos y asegurar una dieta balanceada. Pero sus beneficios no son solo la practicidad.
Es un aliado perfecto a la hora de lograr objetivos físicos. Cuando se busca ganar masa muscular, contribuye a la formación y crecimiento de los músculos, y a la hora de perder peso, su efecto saciante nos mantiene llenos por mucho más tiempo con pocas calorías. También evita la degradación muscular, tan típica en dietas de déficit calórico y ayuda a mejorar el rendimiento, incrementando la resistencia y reduciendo la fatiga. Entrenar más duro = mejores resultados.
Más allá de lo físico, facilita el transporte de nutrientes y mejora su absorción, al tiempo que contribuye a fortalecer el sistema inmune, ya que los anticuerpos se forman principalmente de proteínas. Llamarla un superalimento no es exagerar.

No es whey, se lleva mejor con tu estómago
Seguramente te habrá pasado que después de tomar un batido de proteína, sientes que un yunque ha caído en tu estómago. Esto sucede porque la mayoría de las opciones contienen lactosa, un carbohidrato que buena parte de la población adulta no digiere bien.
A diferencia de los productos hechos con derivados lácteos, como la whey protein, la proteína de insecto no contiene lactosa y se digiere con facilidad, sin causar gases ni hinchazón en el estómago (algo que se agradece, especialmente [email protected] que están contigo). Esto la hace una opción ideal para intolerantes, quienes lo tienen difícil para encontrar suplementos proteicos que les sienten bien. Evitarse estas molestias, junto con una digestión liviana, resultan en mejor calidad de vida.
Pero… ¿por qué insectos?
La pregunta es ¿por qué no? Dejando los prejuicios de lado podremos caer en cuenta que los insectos son toda una joya en cuanto a alimentación se refiere. El 70% de su peso es proteína, pero no cualquiera, ¿eh? Proteína de alto valor biológico, pues tiene un perfil de aminoácidos esenciales completo y su distribución se lleva un 10. En comparación con la carne de ternera, la misma cantidad de insectos aporta más leucina, isoleucina y valina, que son los aminoácidos esenciales de cadena ramificada, conocidos como BCAA.
El asunto no se queda nada más en la proteína. Los insectos son comparables al pescado en su contenido de ácidos grasos omega 3 y aportan vitaminas del grupo B, especialmente B12, y minerales. No en vano, la FAO promueve el consumo de insectos como una alternativa a las fuentes de proteína comunes, por su gran valor nutricional. Ellos saben de lo que hablan, ¿no?
El planeta también lo agradece
La producción de insectos es muchísimo más amigable con el medio ambiente que otras industrias de alimentos, como la ganadería o la avicultura. La sostenibilidad de estas industrias pende de un hilo por sus terribles efectos. Solamente la ganadería genera un 15% de los gases invernaderos que se emiten en el planeta, los principales responsables del calentamiento global. Con una situación así, toca buscar alternativas y los insectos salen a decir presente.
La cría de insectos es vertical, por lo que no requiere grandes extensiones de tierra. Menos ocupación para comida es igual a más espacio para árboles que oxigenen el planeta, ¡aire fresco a la vista! También, en comparación con producir igual cantidad de carne de ternera, los insectos necesitan 13 veces menos espacio y alimento, 300 veces menos agua y generan el 0,03% de gases invernaderos.

¿Cómo consumir la proteína de insecto?
Los batidos de proteína a base de insectos son de los más saludables y se pueden preparar solo con agua o con alguna leche vegetal para un extra de cremosidad. También es buena idea añadir frutas o semillas para un smoothie todavía más nutritivo.
¡Pero no solo son bebidas! Son muchísimas las recetas que se pueden hacer. Bizcochos, panes y pancakes son solo un ejemplo de las múltiples formas que hay de añadir un aporte extra de proteínas y nutrientes a cualquier preparación. Y si encima están deliciosas, mejor que mejor, ¿verdad que sí?