La gimnasia hipopresiva trabaja, sobre todo, la zona abdominal porque su finalidad es reducir la cintura y reforzar el suelo pélvico. Se basa en la técnica de respiración apnea. Es decir, aquella que consiste en abrir las costillas al respirar y vaciar los pulmones de aire para después mantener la posición durante un tiempo determinado. Podría decirse, entonces, que este tipo de gimnasia es, básicamente, un conjunto de técnicas posturales y respiratorias.
¿Qué hay que saber sobre la gimnasia hipopresiva?
Con este tipo de entrenamiento se consigue mejorar la capacidad de la cavidad torácica y fortalecer el abdomen y la pelvis. Por estos beneficios se recomienda a personas mayores de 14 años y, en especial, a mujeres en etapas de posparto.
Las sesiones de gimnasia hipopresiva duran una hora y lo ideal es hacer dos sesiones por semana. Haciéndolo así en un mes deberían notarse ya algunos cambios, como una reducción de cintura, una mayor movilidad torácica, una mejora en la flexibilidad y una sensación de confort postural. En dos meses estos cambios deberían ser ya totalmente visibles.
De hecho, con el tiempo, se ha podido comprobar que las personas que practican este tipo de gimnasia logran disminuir el riesgo de sufrir lesiones articulares o musculares mientras practican cualquier otro deporte. También se detectó una regulación del sistema neurovegetativo que involucra al corazón, la respiración y al metabolismo.

Lo más recomendable para quienes se interesen por este método es que un especialista realice una valoración médica para saber si la persona puede practicarlo o bajo qué condiciones puede ejecutarlo.
Estudios
Como cualquier otro método, hay quienes se pronunciaron a favor y hay otros que en contra. La Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) emitió un comunicado en el que se hacía especial énfasis en que el método hipopresivo no puede ni debe sustituir a los abdominales tradicionales. También aseguró que estos últimos no aumentan la incontinencia urinaria, que fue algo que se hizo creer sin tener estudios científicos que lo respaldaran.
La Escuela Superior de Saúde de Alcoitão, la Universidad de Vigo y la Clínica Maio Fisioterapia realizaron un estudio y, tras recabar 10 años de evidencia científica de este método, concluyeron que las técnicas hipopresivas se utilizan y son ideales para la recuperación posparto y la fisioterapia uro-ginecológica.
¿Cómo practicarla?
Aunque hay muchos tutoriales en internet, artículos y guías de todo tipo para aprender e iniciarse en la gimnasia hipopresiva, no es recomendable utilizar solo estos métodos. Lo mejor es practicarla bajo la supervisión de un entrenador certificado y profesional. Si no se hace así puede haber resultados no deseados para el organismo.
¿Quiénes no pueden practicarla?
No se recomienda a personas que padezcan problemas cardíacos o circulatorios. Y aunque sea muy beneficioso para mujeres que han dado a luz, no se recomienda durante el embarazo.
Beneficios de la gimnasia hipopresiva
Con el tiempo ha podido demostrarse que con este tipo de gimnasia se puede conseguir un mejor tono muscular, lo que puede reducir los problemas de incontinencia urinaria.
Además, también se ha comprobado que se reprograma la musculatura de la faja abdominal y del suelo pélvico, disminuye el perímetro de la cintura y tonifica el abdomen, mejora las funciones de las vísceras abdominales y reduce o hasta elimina los problemas de estreñimiento y ayuda a mejorar la postura para reducir los dolores de espalda. También ayuda a controlar la respiración, a regular el sueño, a aumentar la energía para afrontar el día a día y mejora la vida sexual.
A modo de conclusión podría decirse que los ejercicios hipopresivos son indispensables para reducir las alteraciones en la espalda, el suelo pélvico y el diafragma. Además, con el método de la apnea se disminuye la presión en el abdomen y las tensiones.