Las medicinas son realmente un invento maravilloso que ha salvado miles de millones de vidas en todo el mundo, ya que pueden tratar la mayoría de las enfermedades conocidas por el hombre y pueden ayudar a aliviar una enorme variedad de síntomas diversos. Algunos medicamentos se pueden comprar sin receta, pero otros necesitan prescripción médica. Los segundos no causan problema ya que no podemos acceder a ellos fácilmente, pero los que se venden sin receta pueden hacerte caer en una de las trampas más peligrosas para la salud: la de automedicarte.
Aunque sepas lo que estás tomando, tal vez desconozcas que los medicamentos no siempre tienen el mismo efecto en las personas ya que pueden reaccionar con otras sustancias, medicinas e incluso con alimentos y también pueden ser perjudiciales para las personas con afecciones preexistentes que ni siquiera sabes que padeces. Por ello, en este artículo te explicamos las razones por las que no debes automedicarte sin supervisión médica.

Las principales razones por las que no debes automedicarte
La automedicación hace referencia al uso de medicamentos por parte de una persona para tratar síntomas y afecciones sin consultar al médico. Aunque la puede ofrecer algunas ventajas, como por ejemplo la inmediatez en el alivio de los síntomas, no es una práctica segura y puede causar más daño que beneficio a la salud. Por ello, lo más recomendable es contar siempre con la opinión de un profesional, como por ejemplo los que forman parte del cuadro médico de Adeslas, por las razones que vamos a explicar a continuación
Los errores de diagnóstico pueden enmascarar una enfermedad más grave
Uno de los principales problemas de automedicarte sin pasar previamente por la consulta médica es que puedes realizar mal diagnóstico de lo que te ocurre y retrasar las posibilidades de combatir eficazmente enfermedades más graves. Por ejemplo, puede ocurrir que una persona que presenta sangrado en las heces, creyendo que tiene hemorroides, decida comprarse las pastillas y pomadas necesarias para aliviar los síntomas sin acudir al médico, sin tener en cuenta que ese sangrado puede ser señal de otros padecimientos más grave -como por ejemplo un cáncer de colon- que necesitan ser diagnosticados y tratados con rapidez.
No tomar el medicamento de forma adecuada puede derivar en ineficacia
Al automedicarte, también existe la posibilidad de que las pastillas no surtan efecto por tomarlas de forma incorrecta (generalmente, al hacerlo por la vía equivocada, como ocurre cuando se ingieren por vía oral las pastillas que deben colocarse debajo de la lengua). La automedicación también puede llevarnos a tomar dosis incorrectas, haciéndonos pecar tanto por exceso -lo que puede afectar negativamente a nuestro hígado- como por defecto -lo que puede provocar que se alarguen los síntomas innecesariamente-, especialmente cuando la dosis del medicamento debe basarse en el peso del individuo.
Además, también existe la posibilidad de no tomar el medicamento de forma adecuada suspendiendo el tratamiento antes de tiempo o abusando de él, lo que puede generar resistencia por parte de nuestro cuerpo ante los efectos del mismo, como ocurre con los antibióticos.
Los medicamentos pueden reaccionar con otras sustancias y provocar efectos secundarios
Algunos medicamentos reaccionan negativamente cuando se toman juntos y contrarrestan el efecto de ciertos fármacos, como en el caso de la doxiciclina y la penicilina. También pueden reaccionar con otras sustancias provocando efectos secundarios, como en el caso de la aspirina y el alcohol, cuya combinación aumenta el riesgo de sangrado en el estómago.
La automedicación puede derivar en adicción
La dependencia física de los medicamentos es probablemente una de las implicaciones más graves para la salud de la automedicación, especialmente en relación con las enfermedades mentales. Esto ocurre porque algunos medicamentos como los antidepresivos, estimulantes y analgésicos pueden producir el mismo efecto que las drogas, sobre todo si se toman habitualmente y en grandes dosis