Cuando hablamos de diabetes, generalmente tendemos a pensar que quienes la padecen son únicamente personas en edad avanzada o que sufren de otros problemas de salud como el sobrepeso. Cuesta imaginar que personas que llevan una vida sana como los deportistas tenga esta enfermedad, pero lo cierto es que lo hacen. De hecho, incluso a nivel de alta competición: un ejemplo es Steve Redgrave, atleta británico que ha conseguido dos medallas olímpicas a pesar de sufrir diabetes de tipo 2. Pero es inevitable preguntarse: ¿Existe peligro a la hora de hacer deporte si se tiene diabetes, o es por el contrario una práctica beneficiosa? En este artículo te lo explicamos.
Aunque la diabetes es una enfermedad crónica para la que no existe cura definitiva y que en cuyos últimos estadios puede revestir de cierta gravedad (ceguera, pérdida de extremidades, insuficiencia renal…), lo cierto es que la mayoría de personas que la padecen pueden llevar una vida normal. Por ello no supone necesariamente una barrera para disfrutar activamente del deporte. El azúcar en la sangre puede controlarse mediante la administración adecuada de insulina y otros medicamentos, así como mediante la manipulación de carbohidratos y la intensidad del ejercicio.
¿Cómo influye la diabetes en el deporte?
Durante la actividad física, los músculos que se contraen producen su propio efecto similar a la insulina, causando la absorción rápida de glucosa de la sangre. En personas sin diabetes, el cuerpo reduce naturalmente su producción de insulina para compensar; de lo contrario, la glucosa en sangre caería precipitadamente y produciría lo que se conoce como hipoglucemia. Quienes padecen diabetes y necesitan insulina para controlar su azúcar en sangre deben ajustar la dosis de insulina antes del ejercicio, así como la ingesta de carbohidratos antes, durante y después de la actividad física para evitar dicha hipoglucemia.
Cada deporte tiene diferentes efectos sobre el azúcar en la sangre
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada deporte puede afectar al cuerpo de diferente manera. Por ejemplo, caminar a paso ligero, una carrera continua suave y cualquier otra actividad que ponga a prueba la resistencia aeróbica generalmente conducirán a la disminución de los niveles de glucosa en sangre. Por el contrario, las carreras de velocidad, el interval training y demás actividades que trabajan la resistencia anaeróbica pueden conducir inicialmente a aumentos en los niveles de azúcar en la sangre, que disminuirán si la sesión de ejercicio es lo suficientemente prolongada.
Controlar los picos de hipoglucemia, el objetivo
Si te dedicas o tienes pensado dedicarte a la alta competición y padeces de diabetes, es aconsejable evaluar tus niveles de glucosa en sangre durante el ejercicio. De este modo podrás saber cómo los diferentes deportes y la duración de la sesión afectan a tus niveles de azúcar en la sangre y aprender a regularlos mejor. La clave principal es tener tener cuidado con los picos de hipoglucgemia (o lo que es lo mismo, niveles de azúcar en la sangre demasiado bajos), especialmente si tomas alguno de los siguientes medicamentos para la diabetes:
- Insulina
- Sulfonilureas
- Reguladores prandiales de la glucemia
Para evitar la hipoglucemia, la mejor solución es tomar suficientes carbohidratos antes o durante el ejercicio o reducir su dosis de medicamento antes del ejercicio, pero esto último sólo podrás hacerlo bajo supervisión médica.
¿Es recomendable hacer deporte si se tiene diabetes?
La práctica habitual de deporte o cualquier otra actividad física más leve (como caminar a buen paso diariamente) se recomienda para todas las personas con diabetes porque reporta numerosos beneficios para la salud, en contraposición con el bajo riesgo que implica. El entrenamiento regular con ejercicios suele ser bueno para las personas con diabetes porque no solo mejora la sensibilidad a la insulina, sino que además el ejercicio puede revertir muchos de los efectos metabólicos adversos de la enfermedad, incluida la tendencia al sobrepeso. Aunque se deben tomar precauciones, los atletas con diabetes no complicadas (esto es, que no se vean afectados por otras patologías graves) deberían hacer deporte con regularidad ya que es una excelente manera de mantenerse saludable.
Consideraciones a tener en cuenta antes de empezar a ejercitarte
- Una sesión deportiva intensa o relativamente larga puede llevar a niveles más bajos de glucosa en sangre durante hasta 48 horas después del ejercicio.
- Tener niveles de azúcar demasiado altos o demasiado bajos puede afectar negativamente su nivel de energía, por lo que es mejor mantener los niveles de azúcar en un rango objetivo (Entre 5 y 11 mmol./l. para quienes toman insulina generalmente tendrán un buen nivel de energía si los niveles de azúcar permanecen entre 5 y 11 mmol / l. y algo menos para quienes padecen diabetes tipo 2)
- Consulta a tu médico, ya que será él quien mejor pueda aconsejarte sobre qué niveles se deben mantener dependiendo del medicamento que tomes, la actividad física que quieras realizar y cualquier circunstancia personal más concreta.