Comer es uno de los grandes placeres del ser humano, además de ser una función vital como respirar o dormir. Sin embargo, a veces comemos más de lo que nuestro cuerpo necesita, pero no comemos más frutas y más verduras, sino comida basura, rica en carbohidratos y azúcares y por supuesto, adictiva. Es lícito comerse una pizza o una hamburguesa de vez en cuando, pero hay ocasiones en que la comida rápida se convierte en una necesidad, es nuestro mejor aliado cuando estamos bajo presión en el trabajo, la escuela, la familia y un largo etcétera de problemas que creemos que se solucionan tirando de la comida. En este artículo te explicamos por qué comemos más cantidad cuando estamos estresados y qué se puede hacer para evitarlo.
Cortisol o por qué comemos más cantidad cuando estamos estresados
Cuando estamos sometidos a mucho estrés buscamos apaciguar la sensación de muchas maneras. Las mujeres, por ejemplo, son las que tienden a darse un atracón (a pesar de que la mayoría de ellas esté preocupada por cuidar la figura), mientras que los hombres se decantan por el alcohol y el tabaco. Según la Universidad de Harvard, el motivo por el que comemos más cantidad cuando estamos estresados es la hormona cortisol. Pero vayamos un poco atrás, a lo que sucede antes de que el cortisol, llamada «hormona del estrés» entre en acción.
Al principio, cuando se tiene un episodio de estrés corto (imaginemos un examen que hay que presentar o el vencimiento del plazo para entregar un trabajo) el cuerpo tiende a suprimir el apetito. Durante el tiempo que dura la crisis o angustia por tal o cual acontecimiento, se libera adrenalina. La adrenalina es el mecanismo de ataque o huida del cuerpo. De ahí los tan famosos casos de gente que sufre un accidente, pero no siente ningún dolor sino hasta más tarde porque, en los momentos posteriores al suceso, el cuerpo reacciona y libera adrenalina.
Si el estrés se prolonga más allá de un episodio, entonces, en vez de secretar adrenalina, el cuerpo, a través de los riñones, libera cortisol. El cortisol lo que hace es incitarnos a comer. Gracias a él es posible tener hambre todo el tiempo, una sensación de vacío que solo podemos llenar comiendo. Lo lógico sería que, después del período de estrés los niveles de cortisol bajaran poco a poco hasta desaparecer, pero si se vive bajo estrés constante, el cortisol no desaparece, comemos más y, por consiguiente, subimos de peso.

¿Por qué engordamos cuando estamos estresados?
Como ya hemos mencionado, cuando estamos sometidos a mucho estrés y el apetito aumenta, no nos decantamos por frutas o verduras ¿Quién, cuando está con ansiedad, tiene antojo de una manzana? ¡No! La gran mayoría siente la necesidad de comer chocolate, helado, una tarta o las tres cosas a la vez, en un mismo plato. Y es que estos alimentos resultan reconfortantes, una medicina para «curar» o «aliviar» lo que estamos sintiendo. Está bien consentirse de vez en cuando para sentirse mejor, pero no hacer de ello un hábito constante.
La obesidad y el estrés van de la mano. La comida basura contrarresta el estrés, la gente consume más y más comida basura, por lo que aumenta de peso. Pero comer este tipo de alimentos no es el único factor para ganar unos kilos. Durante el estrés también suelen haber episodios de insomnio, mayor consumo de alcohol y desánimo para hacer ejercicio, todo esto, junto con una mala dieta, ayuda considerablemente a subir de peso.
¿Qué hacer para comer menos cantidad cuando estamos estresados?
Te damos algunos consejos para reducir los niveles de estrés y, por consiguiente, comer en menor cantidad:
Meditación
No es necesario ser un experto en meditación para poder practicarla. Basta con unos minutos al día para devolvernos, en cierta medida, la tranquilidad. Según la Clínica Mayo a través de la meditación se puede no solo reducir el estrés sino aprender a manejarlo; también es posible suprimir las emociones negativas que lo producen y centrarse en el presente a través del popular método mindfulness.
Ejercicio
El cortisol juega un papel importante cuando se trata de hacer ejercicio. Es la hormona encargada de mantener disponible la energía que necesita el cuerpo durante una sesión de entrenamiento. Cuando terminamos de practicar ejercicio, los niveles de cortisol disminuyen. En situaciones de estrés, es importante hacer algún ejercicio que ayude a regular el cortisol liberado. Además, ejercitarse mejora la calidad del sueño, otra de las consecuencias del estrés.
El yoga es eficaz para combatir la ansiedad. No solo se hace ejercicio sino que también se practica la meditación. Dos de los remedios contra el estrés.
No más cafeína
La mayoría de las personas que conviven con el estrés consumen también grandes cantidades de café. Es común tomarse un café al llegar a la oficina para despertar por completo y concentrarse en el día que se tiene por delante. Sin embargo, la cafeína es un estimulante que produce ansiedad o nerviosismo si se consume en grandes cantidades. Lo ideal sería reducir su consumo, si eres una persona que necesita café para funcionar o sustituirlo por otras bebidas más sanas como el te verde.