El HIIT (High Intensity Interval Training) es un entrenamiento cardiovascular que consiste en introducir ejercicios de alta intensidad de corta duración entre unos de baja. Aunque este tipo de entrenamiento es muy efectivo para mejorar la resistencia, quemar grasa, ganar musculatura y estimular el metabolismo y las hormonas, no todo el mundo está preparado para practicarlo y para algunas personas es hasta peligroso hacer HIIT.
¿Cuándo es peligroso hacer HIIT?
Dieta hipocalórica
En este tipo de dietas se controlan y limitan las calorías que se consumen para perder peso de una forma segura y sin que afecte a la salud del cuerpo. Los menús están compuestos por alimentos bajos en calorías, como vegetales y frutas, y se suelen ingerir crudos o cocinados al vapor, a la plancha o al horno.
No se aconseja practicar HIIT cuando se está llevando una dieta de este tipo. Con ejercicios de alta intensidad, el cuerpo quema muchas calorías y con una dieta hipocalórica existe una falta de glucógeno en el cuerpo. Por consiguiente, la persona puede sufrir mareos y hasta pérdida del conocimiento.
Problema articular o muscular
El dolor articular puede afectar a una o varias articulaciones y puede estar causado por muchos tipos de lesiones o afecciones, como artritis, bursitis o dolor muscular. Sea cual sea la causa, este dolor puede llegar a ser muy molesto, y se desaconseja totalmente practicar HIIT.
Cuando se hace HIIT, las articulaciones y los tendones se someten a una carga de trabajo muy elevada. Entonces, para cualquier persona que tenga un problema articular o muscular puede ser peligroso hacer HIIT porque el riesgo de sufrir una lesión es muy grande.

No obstante, cuando se padece este tipo de problema lo mejor es acudir a un profesional para que indique qué tipo de entrenamiento puede seguirse sin poner en riesgo la salud.
Enfermedades cardíacas
Los entrenamientos de alta intensidad como el HIIT no están pensados para personas con problemas cardíacos o cardiovasculares, y mucho menos para casos de hipertensión arterial. Hacer HIIT, así como otros ejercicios de alta intensidad, incrementa de golpe la presión sanguínea. Esta especie de sobresalto puede perjudicar a personas con patologías cardíacas.
En el caso de sufrir hipertensión o alguna enfermedad cardiovascular, la práctica de ejercicio debe realizarse bajo control de un profesional y controlado continuamente por un pulsómetro.
Obesidad o sobrepeso
Para una persona con obesidad o sobrepeso el HIIT no es adecuado porque sería someterla a una exigencia de entrenamiento para la que su cuerpo no está preparado. Esto podría provocar, en primer lugar, desmotivación por no poder hacer los ejercicios de forma totalmente correcta. En segundo lugar, podría provocar problemas en las articulaciones, que no están preparadas para hacer frente a un esfuerzo de ese tipo si el peso corporal se encuentra bastante por encima del recomendado.
En casos de obesidad y sobrepreso el mejor entrenamiento es el progresivo, positivo tanto a nivel físico como psicológico porque permitirá conseguir metas a corto plazo. El HIIT podrá practicarse posteriormente, una vez se haya bajado de peso y el cuerpo esté habituado al ejercicio.
Vida sedentaria
No se puede pasar de una vida sedentaria a un entrenamiento de alta intensidad de un día para otro. Se ha comprobado a través de varios estudios que pasar de cero a cien en el deporte provoca daños en articulaciones y músculos. Los ejercicios explosivos sin un entrenamiento previo hacen que aumente el riesgo de sufrir lesiones graves. Además, una persona sin una base física no podrá aguantar el ritmo de un entrenamiento como el HIIT. Esto provocará desmotivación y un posible abandono antes de conseguir el objetivo.

Antes de empezar un entrenamiento de alta intensidad, puede hacerse un entrenamiento HIIT de bajo impacto con periodos de descanso mayores entre series de ejercicios. O también se puede empezar por otro tipo de entrenamiento más suave. De esta manera se construye una base fiable con la que poder dar el salto a ejercicios de alta intensidad sin peligros de lesión o daños musculares y articulares.
HIIT cada día
Además de los cinco casos anteriores, tampoco se recomienda practicar HIIT de forma diaria. Hacer ejercicios de alta intensidad cada día sería como trabajar el mismo músculo de forma diaria. Esto lleva al sobreentrenamiento y a que el músculo no se recupere y adapte. Si los tejidos no se recuperan, además de que pueden aparecer problemas en las articulaciones y tendones, pueden obtenerse resultados contrarios, es decir, la pérdida de músculo.
En cualquiera de las seis situaciones anteriores puede ser peligroso hacer HIIT. Nuestro consejo es consultar con un profesional antes de iniciarse en un entrenamiento de alta intensidad de este tipo. Cada persona, según sus objetivos o estado físico, puede necesitar o puede irle mejor un entrenamiento u otro. Hay que tener en cuenta que no existe un método ideal para todos.