Todos los que hemos sufrido alguna vez un latigazo cervical sabemos lo doloroso que es. ¿Lo peor? Los días en los que nos encontramos mal a causa del malestar que provoca, ya que afecta a los músculos, a los nervios, a los tendones e, incluso, a los discos del cuello. Si estás buscando una solución y la forma de recuperarse de un latigazo cervical, has llegado al lugar idóneo.
¿Qué es el latigazo cervical?
Estrictamente, el esguince cervical corresponde a un desgarro de alguno de los ligamentos que une las vértebras cervicales, y que produce dolor en la zona de cuello.
Sin embargo, es casi imposible confirmar que el dolor se deba específicamente al desgarro de un ligamento. En la práctica, el término “esguince cervical” se usa casi como sinónimo de “latigazo cervical”, pues se asume que es el mecanismo mediante el que aparece el dolor en estos casos.

¿En qué consiste el latigazo cervical?
El “latigazo cervical” consiste en la lesión producida por una sucesiva flexión y extensión brusca y excesiva del cuello. La causa más típica y común es un accidente de coche en el que se produce un impacto por detrás, especialmente si resulta inesperado. De este modo, la musculatura está relajada y no frena ni limita el rango de movimiento.
¿Cuáles son sus síntomas?
El “latigazo cervical” puede provocar dolor por varios mecanismos puramente físicos. En primer lugar, afecta el eventual desgarro de los ligamentos cervicales, que es lo que propiamente constituye un “esguince”. Por otro lado, se encuentra la contractura muscular, desencadenada por ese desgarro o por el movimiento brusco e inesperado de hiperflexión e hiperextensión. Por último, hablamos de la eventual lesión de la “articulación facetaria” en la fase de hiperextensión.
¿Como debemos tratar un latigazo cervical?
En este punto hablaremos de cómo recuperarse de un latigazo cervical, con el fin de no sentir el dolor que este produce.
¿Es recomendable el uso del collarín?
Históricamente se ha asumido que el dolor causado por el latigazo cervical se debía a un “esguince”. Por este motivo, para evitar que se realicen movimientos que puedan repetir o agravar el desgarro de los ligamentos, el tratamiento habitual incluía inmovilización relativa con un collarín rígido o blando.
Usarlo en situaciones puntuales
Sin embargo, cuando se han analizado los resultados, se ha demostrado que el collarín no sólo no mejora la evolución de los pacientes, sino que la empeora. Probablemente, el motivo es que se reduce el tono muscular o aumenta la sensación de fragilidad y miedo al movimiento.
Así, hoy en día se recomienda restringir al máximo su uso, reservándolo para situaciones puntuales en las que el paciente siente mayor riesgo o va a estar expuesto a vibraciones, como al conducir.

Movilización y ejercicio
En los casos de “latigazo cervical” tiene sentido probar todos los tratamientos indicados para los “síndromes mecánicos del raquis”. Ahora, muy pocos se han evaluado específicamente en esos casos.
Entre los que sí se han evaluado, se encuentra la educación al paciente, enfocada en intentar reducir el reposo y el uso del collarín. Además, se trata de fomentar el retorno a una vida progresivamente normal tan pronto como sea posible. La movilización y el ejercicio son los que disponen de más pruebas que sugieren su eficacia.
Frío en lugar de calor
Desde el primer momento en que sufres el golpe, comienza en tu cuello una reacción inflamatoria que culminará pasadas las primeras 48 horas. Esto explica que sientas un dolor más intenso el día posterior al accidente. Para controlar dicha inflamación, es muy importante que uses frío seco localizado en la zona de dolor.
Puedes usar unas bolsitas de gel que venden en la farmacia (cold-pack) y que se guardan en el congelador. No lo apliques directamente sobre la piel, puedes interponer un trocito de papel de cocina, una toalla o la propia funda de cold-pack. Diez minutos de frío son suficientes, puedes hacerlo como máximo cada dos horas, sobretodo los dos primeros días, y como mínimo tres veces al día.
La fisioterapia
La Fisioterapia es fundamental tanto en los esguinces cervicales graves como en los más leves. Lo ideal es iniciarla pasada la primera semana, no más tarde. Tu fisioterapeuta utilizará todas las técnicas que estén en su mano para que te recuperes cuanto antes de las contracturas, la inflamación, la pérdida de movilidad, los mareos y todos los demás síntomas que te impiden realizar con normalidad las actividades de la vida diaria.
Otros métodos de curación a largo plazo
Si con los métodos anteriores no has notado una recuperación real, deberás consultar a tu médico si es necesario llevar a cabo alguno de los siguientes tratamientos.
Rizólisis por radiofrecuencia
En algunos casos, la lesión de las “articulaciones facetarias” cervicales puede participar en la persistencia del dolor por “latigazo cervical”. Por este motivo se propone la “rizólisis por radiofrecuencia” en los casos que resisten a todos los demás tratamientos.
¿En qué consiste?
Ese procedimiento consiste en destruir mediante calor el nervio que recoge la sensibilidad de esa articulación. Aunque en otros casos de síndromes mecánicos del raquis ha demostrado carecer de efecto, algunos datos sugieren que podría tenerlo en los casos de dolor persistente por latigazo cervical.
Asimismo, se ha planteado el uso de la toxina botulínica para evitar la contractura muscular que causa el dolor. Sin embargo, las pruebas científicas actualmente disponibles no demuestran su efectividad en estos casos.
La cirugía ¿es conveniente?
Para recuperarse de un latigazo cervical, la mayoría de los profesionales no recomienda la cirugía. Ocasionalmente se ha realizado artrodesis cervical en los casos de dolor desencadenado por esta lesión que resistían a todos los demás tratamientos. Ahora, los resultados de la cirugía en esos casos, y las pruebas científicas actualmente disponibles, impiden recomendarla como tratamiento habitual.