Los antibióticos llevan ayudándonos a combatir infecciones desde hace ya más de medio siglo. Antes de que se desarrollaran, incluso un pequeño rasguño podía ser fatal, dar a luz y someterse a una cirugía eran mucho más peligroso y las infecciones de transmisión sexual como la sífilis o la gonorrea podían llegar a ser una sentencia de muerte. No cabe duda, por tanto, de que el uso de los antibióticos ha supuesto una mejora en la calidad de vida de los seres humanos, pero también es cierto que el abuso de estos medicamentos está provocando un problema de salud general: las bacterias resistentes. En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre las bacterias resistentes por el abuso de los antibióticos.
¿En qué consiste el abuso de los antibióticos?
El abuso de los antibióticos se produce cuando se usan antibióticos para tratar ciertas dolencias en ocasiones en las que realmente no se necesitan. Los antibióticos son uno de los grandes avances de la medicina, pero recetarlos en exceso ha llevado a la aparición de bacterias resistentes (bacterias que son más difíciles de tratar).
Ya en 1945 Alexander Fleming, el científico que descubrió la penicilina, advirtió del peligro de depender demasiado de los antibióticos y de la amenaza de que las bacterias desarrollaran resistencia. Ahora, 74 años después, sus temores se han hecho realidad: algunos gérmenes que antes eran muy sensibles a los antibióticos se han vuelto cada vez más resistentes. Esto puede causar infecciones más graves, como infecciones neumocócicas (neumonía, infecciones de oído, infecciones sinusales y meningitis), infecciones cutáneas y tuberculosis.
El peligro del abuso de los antibióticos
La idea de morir por un corte superficial era impensable hasta hace pocos años, pero se está convirtiendo rápidamente en una posibilidad gracias al la creación de bacterias resistentes por el abuso de los antibióticos. El profesor Colin Garner, director ejecutivo de Antibiotic Research UK afirma que corremos el peligro real de volver a un pasado preantibiótico, donde las heridas sucias, las mordeduras y las afecciones como la tuberculosis y la fiebre tifoidea podrían matar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la resistencia de las bacterias causada por el abuso de los antibióticos es una de las principales amenazas para la medicina moderna, y que cada vez es más difícil tratar un número mayor de infecciones comunes, como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis.
Tomar antibióticos para los resfriados y otras enfermedades víricas o por razones equivocadas no funciona y puede cambiar tanto a las bacterias como para que ningún medicamento pueda acabar con ellas. Esto se llama resistencia bacteriana o resistencia a los antibióticos. Algunas bacterias son ahora resistentes incluso a los antibióticos más poderosos disponibles.
Este problema siempre había estado presente en los países en desarrollo porque los proveedores de atención médica a menudo carecen de herramientas de diagnóstico rápidas y útiles que puedan identificar qué enfermedades son causadas por bacterias y cuáles no, y otros factores ambientales como la falta de agua potable, el saneamiento deficiente y los limitados programas de vacunación contribuyen a las infecciones y enfermedades para las que se prescriben los antibióticos.
En los últimos años, sin embargo, la aparición de bacterias resistentes por el abuso de los antibióticos está afectando también a los países desarrollados porque la gente consume antibióticos con mayor frecuencia, ya sea porque tiende a automedicarse sin consultar al médico -por ejemplo, tomar antibióticos para el dolor de garganta- o porque consumen carnes y huevos de animales a los que se les proporcionan antibióticos durante su crianza para evitar infecciones.
Cómo mutan las bacterias en bacterias resistentes
En las bacterias se dan mutaciones aleatorias del ADN que pueden ayudarlas a prosperar o no tener ningún efecto. Si una mutación ayuda a una sola bacteria a sobrevivir al tratamiento antibiótico mientras todas las demás mueren, esa bacteria se reproducirá, se propagará y se llevará consigo el gen de resistencia que le permite sobrevivir en un ambiente hostil.
El antibiótico, al entrar en contacto con una población bacteriana, mata solo a las bacterias débiles, lo que favorece la proliferación de las bacterias resistentes que presentan la mutación natural que anula la acción del antibióticos.
Si los antibióticos fallan, las infecciones torácicas, las infecciones del tracto urinario (ITU), los cortes, las picaduras de insectos e incluso los pequeños arañazos pueden derivar en sepsis (envenenamiento de la sangre), que puede ser mortal si no se trata rápidamente. En el Reino Unido, cinco personas mueren cada hora a causa de la sepsis y el número va en aumento.
El director ejecutivo de UK Sepsis Trust, Dr. Ron Daniels, afirma que casi el 40% de la E. coli -la bacteria que causa un gran número de infecciones- es ahora resistente a los antibióticos y estos organismos representan hasta un tercio de los episodios de sepsis, lo que demuestra la necesidad vital de un uso responsable de los medicamentos antimicrobianos.