Los primeros auxilios son los procedimientos que deben emplearse para atender a una persona enferma o accidentada hasta la llegada de los servicios sanitarios y que pueden llegar a tener una repercusión vital. Si una de cada cinco personas se preocupase por aprender primeros auxilios disminuiría el número de muertes o secuelas permanentes producidas por accidente, ya que sabríamos cómo actuar en caso de emergencia. En este artículo te contamos las 5 técnicas básicas de primeros auxilios que debes conocer para poder actuar correctamente en situaciones comprometidas.
5 técnicas básicas de primeros auxilios
1. Desinfectar correctamente las heridas abiertas
Saber cómo limpiar, desinfectar y curarlas heridas abiertas sin causar más daños es básico a la hora de aprender primeros auxilios, especialmente cuando no se cuenta con un botiquín a mano: ante la duda, agua corriente y jabón neutro son las mejores opciones.
2. Reanimación cardiorespiratoria o RCP
Es imposible aprender primeros auxilios sin saber cómo funciona la técnica de la RCP. Esta maniobra salva millones de vidas cada año en todo el mundo, y consiste en mantener el riego sanguíneo y la respiración de la víctima hasta que lleguen los servicios de emergencia mediante compresiones torácicas e insuflaciones de aire. En ocasiones la RCP no es suficiente y es necesario utilizar un desfibrilador. Afortunadamente, cada vez más espacios públicos cuentan con estos dispositivos, y puedes aprender a utilizarlos realizando un curso de primeros auxilios en centros especializados.
3. Curar quemaduras
Dependiendo del origen de la quemadura y el grado que tenga, será necesario emplear diferentes técnicas a la hora de curarlas para aliviar a la víctima hasta que pueda obtener asistencia médica. En quemaduras leves (las más comunes), lo principal es enfriarla con agua fría -y nunca con hielo, para no dañar más el tejido-, y posteriormente protegerla con una gasa limpia y alguna pomada para quemaduras.
4. Maniobra de Heimlich: atragantamientos o asfixia
Las muertes más frecuentes en el ámbito doméstico se producen generalmente por atragantamientos que provocan asfixia. Hablar o reír mientras comemos es una de las costumbres españolas más arraigadas, pero también más peligrosas, porque puede colocarnos en situación de peligro. Si alguien de su entorno se atraganta, deberás estar preparado para ayudarle. La forma más adecuada y eficaz es la maniobra de Heimlich que mostramos en el vídeo, aunque también podría llegar a ser necesario realizar una traqueotomía de urgencia con un objeto punzante y un tubo justo debajo de la nuez (cartílago tiroides), en el hueco que se forma entre esta y el siguiente bulto o protuberancia (el cartílago cricoides
En caso de atragantamiento en niños pequeños y bebés no hay que cometer el error de golpearles en la espalda, darles «un trozo de pan» o algo de beber para que el alimento atascado «baje», ni tampoco comprimirles el abdomen, porque el cuerpo extraño puede moverse y la obstrucción parcial puede convertirse en total. A los niños más grandes se les puede realizar la maniobra de Heimlich; a los bebés, boca abajo sobre el antebrazo, con la cabeza más baja que el cuerpo. Sujeta con la mano la barbilla del lactante y coloca un dedo en su labio inferior para que la boca permanezca abierta y sentir si sale el cuerpo extraño
5. Frenar hemorragias
Los cortes pueden producirse en cualquier ámbito de la vida diaria: la cocina, el trabajo o la carretera. Por ello, a la hora de aprender primeros auxilios es importante saber cómo detener el flujo de sangre hasta poder recibir asistencia médica. En heridas pequeñas, suele bastar con cubrir la herida con una gasa o apósito y presionar con fuerza sobre la herida para comprimirla; pero, para heridas más grandes, necesitarás aprender a realizar un torniquete (cortar la circulación mediante la presión ejercida por un nudo, realizado con cuerda, cinturón o tela).
¿Pueden los niños aprender primeros auxilios?
No solo pueden: deben. En caso de emergencia, si un niño se encuentra con un cuidador incapacitado a causa de un accidente, su propia supervivencia puede depender de saber qué pasos seguir ante la situación. Por ello, es importante que desde una edad temprana los padres se esfuercen en que sus hijos logren aprender primeros auxilios básicos. Además, aprender primeros auxilios no solo prepara a los niños para lo peor, sino que también les ayuda a desarrollar su compasión y autoestima.
La habilidad más importante que puedes enseñar tus hijos a la hora de aprender primeros auxilios es mantener la calma cuando se lastiman o alguien de su alrededor lo hace. Enséñales a controlar la respiración inspirando y expirando lenta y profundamente un par de veces para ayudarles a aliviar el pánico. Asegúrate de que el kit de primeros auxilios o botiquín esté bien organizado para que un niño pueda encontrar rápidamente herramientas reconocibles y tenga a mano folletos de instrucciones ilustrados. Adicionalmente, si vivís en una zona muy fría o muy cálida debes enseñarle a prevenir la hipotermia o golpes de calor, y también cómo reaccionar en caso de tener algún familiar que pueda sufrir un ataque (cardiopatías, epilepsia, etc).
Los niños deben aprender primeros auxilios básicos tales como:
- Presionar una herida sangrante para cortar la hemorragia o aplicar un torniquete simple
- Aplicar hielo a una lesión inflamada
- Fijar una fractura o torcedura leve con vendas
- Aplicar agua corriente fría o una toalla húmeda sobre una quemadura.
- Pellizcar las fosas nasales durante 10 minutos para una hemorragia nasal
- Girar suavemente a una persona para ponerla en posición fetal
- RCP para paradas cardiorespiratorias (niños de +12 años)
- Maniobra de Heimlich para asficia (niños de +12 años)