Vigorexia, obsesión por el físico, el ejercicio y el deporte

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La vigorexia es la obsesión por el ejercicio físico y afecta normalmente a hombres de entre 18 a 35 años, con una autoestima baja y de clase media. Este trastorno provoca que los que lo sufren lleguen a tener una visión un tanto distorsionada de su cuerpo.

Cuando un vigoréxico se mira al espejo reciben la imagen de una persona débil y achacoso, llevándole a obsersionarse por su físico.

Según los expertos, las personas vigoréxicas suelen ser varones, aunque en los últimos años están apareciendo más mujeres con este tipo de obsesión. Es una alteración que no solo se da en las personas que van al gimnasio, sino también en otras que hacen deportes como la bicicleta o carreras de fondo.

Este trastorno puede ser de dos tipos:

  1. El que sufren las personas que tienen una imagen mental alterada de su cuerpo y entrenan para ser más musculosos.

  2. El que padecen las personas que hacen deporte continuamente ya que no encuentran sentido a la vida sin ejercitar su cuerpo a diario y continuamente.

¿Por qué aparece la vigorexia?

Vigorexia

Normalmente es la ausencia de autoestima la que provoca esta obsesión, usualmente en personas que son introvertidas, inmaduras y que nunca están conformes con su físico.

Para que el aspecto físico mejore, según los especialistas, se requiere, además de una genética favorable, un programa de entrenamiento racional y una alimentación que vaya acorde con el metabolismo de la persona.

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El problema aparece cuando el objetivo se magnifica y se transforma en obsesión para lograr un cuerpo perfecto, buscando recursos que pueden ser eficaces a corto plazo, pero cuyo uso continuado puede provocar afecciones graves.

Problemas derivados de la vigorexia

Consumir anabolizantes y hormonas y practicar ejercicios físico compulsivamente son costumbres que tienen las personas vigoréxicas. Normalmente siguen una alimentación poco saludable y desequilibrada, sobretodo por el exceso de carbohidratos, proteínas y aminoácidos.

Las personas que se obsesionan con el deporte y el ejercicio físico tienden a lesionarse el aparato locomotor, sobretodo los que cogen cargas de grandes volúmenes constantemente, pero los deportistas que suelen correr sufren lesiones musculares, tendinosas y articulares.

También son comunes problemas cardíacos, sexuales, aparición de acné, trastornos en el metabolismo, lesiones en el hígado y cambios en el carácter y la voz.

¿Existe tratamiento para la vigorexia?

obsesión por el físico

Segúin los médicos y especialistas del sector deportivo, el tratamiento que puede llevarse a cabo para afrontar la vigorexia consiste en cambiar las malas costumbres haciendo actividades que no tengan que ver con el deporte y sirvan para aportar nuevos valores y crear otros sentimientos. También sería necesaria una terapia psicológica con el objetivo de aumentar la autoestima.

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El cuidado del cuerpo desde que se es pequeño, permite que en el futuro se disfrute de una buena forma física, un hecho que ayuda a que el autoestima no baje. La base se encuentra en lo que aprenden los niños con la educación física escolar, que debe tener como objetivos esenciales la reproducción de hábitos buenos para la salud en lo que respecta al descanso, la alimentación y el deporte.

Es complicado construir un modelo de deporte saludable válido para todos, ya que cada persona funciona de manera diferente y las hay que, sin haberse ejercitado nunca antes, tienen una genética muscular fuerte.

Lo que se debe tener en cuenta, de cualquier forma, tanto desde el punto de vista de la salud como el estético, es que haya proporcionalidad. Para identificar la vigorexia puede ser importante centrar la atención en cambios extremos de aspecto físico y un desarrollo muscular rápido y excedido.

La vigorexia es un trastorno que en la actualidad aún no está bien identificado, las personas que lo sufren tardan en ser conscientes del problemas y es complicado hacer un recuento de la cantidad de afectados ya que no suelen visitar las consultas médicas.

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