La Organización de las Naciones Unidas que trabaja contra el SIDA, reporta que desde el comienzo de esta epidemia hasta el 2015, han fallecido 35 millones de personas por este padecimiento, mientras 1,1 millones de individuos la contrajeron en 2015.
La cadena no pareciera tener fin por lo que la sociedad está aprendiendo a vivir con la enfermedad. Por celebrarse el próximo 1 de diciembre el «Día mundial de la lucha contra el SIDA», hemos querido concientizar a nuestros lectores sobre este mal y unirnos al reto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que no es otro que «Terminar con el SIDA»
La meta de la OPS es centrase en la prevención, incentivar a las personas a realizarse las pruebas anuales para detección temprana y lograr que haya acceso a tratamiento antiretroviral en los centros de salud públicos, por lo que el apoyo de la sociedad y el gobierno es fundamental para detener la enfermedad.
Diferencia entre VIH y SIDA
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es aquel que desmejora el sistema inmunológico de la personas,, mientras que el Sindrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA) , es cuando existe una infección producida por el VIH, es decir, una consecuencia de éste. Cabe destacar que no todas las personas que sean diagnosticadas con VIH, van a desarrollar el SIDA; con una buena terapia y control médico pueden vivir muchos años sin ningún síntoma, solo deben cuidar de no contagiar a otros.
Los médicos recalcan que quien obtenga un examen de sangre positivo para VIH, debe saber que esto es porque su organismo se encuentra producido anticuerpos en respuesta a la infección por el VIH, no quiere decir que tenga SIDA.
SIDA y la alimentación
Una de las consecuencias del SIDA es la inapetencia, producida por las llagas que salen en la boca, lo vómitos, la diarrea y los medicamentos, pero es fundamental que el paciente sea asistido por un nutricionista y tenga una dieta sana basada en vitaminas, minerales y proteínas.
La Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) recomienda comer:
- Arroz, maíz, mijo, sorgo, trigo, pan, patatas, batatas, ñames y bananos.
- Aumentar la ingesta de frijoles, productos de soja, lentejas, arvejas, cacahuetes, manteca de cacahuete y semillas como girasol y sésamo.
- Consumir todos los tipos de carne, aves de corral, pescado y huevos, con la mayor frecuencia posible. La carne picada, el pollo y el pescado son fáciles de digerir. Los despojos (como riñones e hígado) pueden ser las carnes menos caras.
- Comer refrigerios con regularidad entre las comidas. Son buenos refrigerios los frutos de cáscara, semillas, frutas, yogures, zanahorias, patatas fritas y bocadillos de manteca de cacahuete.
- Aumentar poco a poco el contenido de grasa de los alimentos utilizando más grasas y aceites, y comiendo alimentos grasos: semillas oleaginosas como cacahuetes, soja y sésamo, aguacates y carne grasa. Si surgen problemas debidos a una ingesta de alimentos con elevado contenido de grasa (especialmente diarrea), reducir la ingesta de grasa hasta que desaparezcan los síntomas, para luego aumentarla gradualmente hasta llegar a un nivel en que el organismo la tolere.
- Incorporar en la dieta más productos lácteos como leche entera, leche agria, mantequilla, yogures y queso.
- Añadir a los alimentos azúcar, miel, mermelada, jarabe u otros productos dulces.
- Hacer las comidas lo más apetecibles posible.
SIDA y el deporte
Cuando hablamos de SIDA y lo asociamos al deporte pensamos en 2 cosas: que un deportitas que sea VIH positivo pueda contagiarnos y qué tanta actividad física puede hacer una persona con SIDA. En la primera interrogante todo va a depender la disciplina deportiva, por ejemplo, en el boxeo, la lucha libre y el tae kwon do el riesgo es alto, mientrás que en el baloncesto, hockey y fútbol es moderado.
Los expertos recomienda que quien sea diagnosticado positivo en ambas enfermedades debe tener un estricto control medico para saber si puede hacer ejercicios, cuál es el recomendado, qué rutina le favorece y estar siempre bajo supervisión de un especialista.
Es recomedable que el paciente haga actividades físicas deportivas suaves como yoga, caminar, taichi y natación, ya que aparte de mantenerlo activo, mejora su autoestima y aleja el estres, lo cual favorece al mejoramiento del sistema inmunológico.
Referencias