Todas aquellas personas que quieren cuidarse tienen muy en cuenta tanto el deporte como la alimentación que siguen. Sin embargo, hay que destacar que dentro de esta última también hay que tener claro que las bebidas pueden beneficiar o perjudicar al organismo. De este modo, es obvio que una azucarada no será igual de sana que una infusión; por ello, debemos controlar lo que bebemos en todo momento para poder alcanzar nuestros objetivos. Teniendo en cuenta lo anterior, ¿sabes qué son las kombuchas? Vamos a hablarte de ellas a lo largo de este artículo con el fin de que te sientas hidratado con una sustancia deliciosa sin tener que ingerir multitud de azúcares. Te sorprenderán.
Qué son las kombuchas
Ante la pregunta de qué son las kombuchas, debemos decirte que son una bebida creada a base de té azucarado. Estas se exponen a fermentación a partir de una colonia microbiana gelatinosa que normalmente es conocida como «hongo de la inmortalidad». Este último concepto se utiliza sobre todo en China. En países como en Rusia o en Japón se usa más el nombre de «hongo del té». Se cree que su origen proviene de China, país en el que suele ser muy común consumirla. Es más, a través de ella se realizan diversos rituales.
Fue en el siglo XX cuando llegó a Europa. Pero, para asegurarse de que se trataba de una bebida que podía comercializarse sin problema, se sometió a múltiples investigaciones. De esta forma, se llegó a la conclusión de que el hongo que se encuentra en el líquido es una colonia simbiótica de hongos gelatinosos y bacterias. Todos ellos actúan de manera coordinada y se conoce como «zooglea».

Estos microorganismos dependen del tipo de té que se fermente, de la cantidad de azúcar que posea o de la temperatura en la que se encuentre la bebida. Asimismo, hay que destacar que mientras se fermenta la kombucha, se produce tanto ácido acético como alcohol etílico.
Según va aumentando el grado alcohólico, que puede llegar incluso hasta un 7%, y la acidez, las bacterias desaparecen de la bebida y los hongos sufren una ralentización. Así se consigue que la kombucha se pueda consumir en un estado óptimo.
Sabor y propiedades
Las kombuchas son un brebaje cuyo sabor fusiona lo dulce con lo ácido. Asimismo, posee propiedades excitantes como consecuencia de la teína de la que se compone. Además, se le atribuyen multitud de propiedades medicinales. De este modo, se dice que es beneficiosa para la piel, para los problemas digestivos, para prevenir la caída del cabello y para mantener el vigor sexual. Igualmente, es aconsejable para prevenir enfermedades como el cáncer y para reforzar el sistema inmunitario, entre otras cuestiones.
A lo largo de los años, han sido muchos los médicos que han estudiado el contenido de las kombuchas para saber realmente cómo beneficia al cuerpo humano. De este modo, en 1952 se encontraron propiedades antibióticas y, en 1956, se descubrió que retrasaba la tuberculosis.
A día de hoy, se afirma que si se ingiere en el momento oportuno, puede ofrecer al organismo probióticos que mejoran la salud de la flora intestinal y algunas vitaminas.
Riesgo de toxicidad
Si existe un problema respecto a las kombuchas, es que se han divulgado numerosas leyendas urbanas con las que se asegura que esta bebida puede utilizarse de manera farmacológica. Tanto es así, que muchos la preparan en casa para hacer frente a algunas afecciones y este hecho, a menudo, trae problemas. La razón es que se crea un producto tóxico si quien lo elabora no entiende del manejo de la zooglea. No deja de ser un organismo vivo. Por ello, durante la fermentación puede contaminarse la bebida con hongos y bacterias perjudiciales para la salud. Estas contaminaciones se pueden eliminar por alguien experto, alguien capaz de conseguir el grado alcohólico y la acidez necesaria para conseguirlo.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos llegar a la conclusión de que la kombucha es peligrosa si se elabora sin conocimiento. Ahora, aquella que se fabrica de manera industrial no produce ningún tipo de daño. Sin embargo, tras tantos controles microbiológicos y su fermentación, los probióticos de los que presumía ya no los conserva, quedando tan solo un líquido azucarado y con alcohol.