Hay personas que no pueden vivir sin hacer deporte. De este modo, son muchas las que deciden salir todos los días a correr, pero existe un dilema respecto a esta actividad física: ¿es bueno realizarla todos los días? Nos centramos tanto en querer mejorar y aumentar nuestra resistencia física, que en ocasiones se nos olvida la importancia del descanso para nuestro cuerpo, que necesita, en algún momento, recuperar energía. De este modo, con el fin de resolver tus dudas, a lo largo de este artículo hablaremos de cómo te afecta salir todos los días a correr.
Salir todos los días a correr
Son varios los motivos por los que se puede querer salir todos los días a correr. Por un lado se encuentran aquellos que aseguran que de este modo esta actividad se convierte en un hábito y, por lo tanto, costará menos mantenerse en forma. También son muchos los que lo hacen como una forma de competir ante los demás e, incluso, con ellos mismos. Se trata de un hecho que puede llegar a convertirse en una obsesión y dañar, de esta forma, su cuerpo. Y, finalmente, están los que utilizan esta rutina para combatir la ansiedad.
Según los expertos, los que se toman un descanso pueden tener dificultades para retomar el entrenamiento al día siguiente, pero también aseguran que es evidente que se necesita al menos un día para relajarse mentalmente. Si no dejamos que el cuerpo se recupere, existe la posibilidad de que se lesione. Es más, a través del descanso el cuerpo puede fortalecerse, pues es una forma de preparación, un método para responder a las exigencias físicas a las que se le expone. De esta forma, se llega a la conclusión de que los períodos de sobrecarga, seguidos de períodos de recuperación, son la mejor opción para realizar esta actividad de forma general.
Proceso de adaptación
Todo lo anterior se debe a que el cuerpo pasa por un proceso llamado adaptación, en el que se producen cambios fisiológicos a nivel celular entre los que se encuentran la producción de más mitocondrias y vasos sanguíneos, así como de más sangre y fibras musculares más fuertes. No obstante, nuestro organismo no puede alcanzar estas metas si no se le ofrece la oportunidad de descansar lo suficiente.
Tiempo de recuperación
Entonces ¿cuánto tiempo debemos dejar descansar a nuestro cuerpo? Todo dependerá de la persona. Algunas pueden dedicarse a utilizar su día de recuperación para hacer una carrera muy corta y fácil. Otras, en cambio, sienten que necesitan un verdadero día de relax absoluto. Incluso existen aquellas que pueden necesitar hacer otro tipo de actividad deportiva a lo largo de esa jornada, como caminar o nadar, es decir, algo menos estresante.

Cómo correr para hacerlo todos los días
Correr todos los días sin duda te conducirá al agotamiento. Sin embargo, también es posible hacerlo de una forma lenta y sencilla, es decir, sin sprints, sin series y sin subir cuestas. De este modo, aunque se practique este deporte diariamente, la forma de hacerlo nos permitirá mantenernos fuertes y sanos. Ahora bien, esto no es aconsejable si constantemente estás luchando contra las lesiones. En este caso, lo mejor sería dejar descansar tu cuerpo y no entrenar de forma diaria.
Asimismo, si eres de los que deciden el día que no corres optar por otro tipo de deporte, este debería permitir que en el cuerpo tengan lugar los cambios fisiológicos de los que hemos hablado anteriormente. Esto significa que no te estás haciendo ningún favor si entrenas duro en la piscina, por ejemplo. Un entrenamiento duro sigue siendo para el cuerpo un sobreesfuerzo, motivo por el que no te ayudará a descansar.
Otras demandas del cuerpo
Con todo, hay una gran parte de corredores que descubren que logran hacer buenas carreras si respetan el proceso de entrenamiento y las demandas fisiológicas que se imponen. Dormir es parte del entrenamiento. El descanso es parte del entrenamiento. Por ello, si buscas mejorar cada día, debes proporcionar tanto estrés (sobrecarga) como descanso (recuperación).
Señales de que tu cuerpo necesita un descanso
Hay signos tanto psicológicos como fisiológicos que advierten que necesitas un día (o más) de descanso. El primero de ellos es no estar lo suficientemente motivado o no sentirte bien mientras practicas el ejercicio físico. De esta forma, si correr es algo que te encanta y comienzas a notar que es un lastre, trata de tomarte uno o dos días libres y aprovéchalos para hacer algo diferente. Este pequeño gesto te ayudará a recargarte de energía.
Físicamente, también hay signos clave a los que debes prestar atención. Entre ellos se encuentran los trastornos regulares del sueño, un ritmo cardíaco elevado por la mañana o la incapacidad para combatir un resfriado. También puedes notar una sensación de fatiga generalizada, pérdida de apetito y dolor general o malestar en un área localizada. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es imprescindible escuchar a nuestro cuerpo constantemente para protegernos.