Como ya sabemos, los denominados coloquialmente a los diferentes tipos de grasas o también llamados lípidos, que posee nuestro cuerpo se obtiene mayoritariamente de la ingesta de alimentos y está formada, entre otros componentes por triglicéridos, que a su vez contienen ácidos grasos.
Derivado de lo mismo, existe diferentes tipos de grasas como son los alimentos sólidos o ácidos grasos saturados que provienen de la carne roja, nata, embutidos, ect. No significa que esta variedad de alimentos estén vetados en la dieta para mantener una buena salud, pues todos los alimentos proporcionan unas funciones básicas para nuestro organismo, sin embargo, si que es cierto, que hay que tener especial cuidado con el consumo en exceso ya que puede favorecer a la aparición del colesterol así como potenciar el aumento de enfermedades cardiovasculares, obesidad o diabetes, entre otras enfermedades.
Tipos de grasas trans, la dieta del siglo XXI
Y al hilo de lo descrito, existen también otros tipos de grasas, como son las grasas trans que son por naturaleza insaturadas o bien denominadas de origen vegetal, pero que en el transcurso se convierten en saturadas, como pueden ser los fritos, rebozados, galletas, bizcohos, en general, todo tipo de dulces o alimentos procesados, que también pueden tener naturaleza animal como la carne o los huevos.
Con esta vertiente de productos hay que ser cauteloso en su consumo ya que por ser tratados obtienen un resultado añadido más negativo de lo habitual que las grasas saturadas y aumentan los niveles de colesterol y potencian las enfemedades cardiovasculares y la presión arterial con mayor facilidad. También según su función es denominado grasa blanca, que es del tipo de la ingesta de alimento hipercalóricos y que no es metabólicamente activa, en el sentido de que su función consiste en que simplemente se acumula y el cuerpo lo demanda sólo cuando necesita consumir energía.
Por otro lado, se encuentran las grasas insaturadas que son de origen vegetal y se clasifican en monoinsaturadas que se obtienen de alimentos como la carne blancas, avellanas, alemendras, aceites vegetales o aguacates y ayudan a estabilizar el matabolismo y grasas polinsatuaradas que son de especial importancia, ya que se tienen que ingerir a través de la dieta y no se pueden sintetizar, se obtiene, por ejemplo, a través del aceite de girasol, el maiz o la soja, es decir, que ayudan a proteger los órganos más importantes como son los pulmones y el corazón. Se alude principlamente, al tipo de grasa fundamental que es la denominada esencial, que ocupa un porcentaje mínimo de nuestra grasa corporal y sus funciones básicas es la protección de los órganos, se localiza en pequeñas cantidades en los músculos, en la médula espinal y cerebro, órganos y médula ósea. Este tipo de grasa suele componer el 3% o 4% del mismo en los hombres y en las mujeres del 10% al 12%, ello es así debido al tejido mamario y acumulación de las mismas en pelvis y caderas con fines reproductivos en el sexo femenino. Normalmente, este tipo se refiere a la grasa parda en los niños como la que es activamente metabólica, que los ayuda a protegerles ante factores externos adversos como el frio, pero que a medida que va creciendo, se pierde con la edad; sin embargo, en adultos este tipo de grasa tiene el equitativo de grasa beige y sorprendentemente está compuesta por grasa blanca (procedente de alimentos saturados o trans) en la que ha actuado la hormona irisina, que curiosamente se segrega a través del deporte y descubierta hace sólo unos años, que desarrolla unas funciones similares a la grasa parda en niños.
Los diferentes tipos de grasas se almacenan en concretas partes del cuerpo
Una vez realizado un análisis sobre los tipos de grasas y cuales de ellos son los que en exceso suelen almacenarse en nuestro cuerpo a través de los alimentos que ingerimos con mayor facilidad, éstas mismas superando su límite de consumo, suelen incurrir en fines dudosos tanto para nuestra salud como para la estética o belleza corporal, podemos decir que la mayoria de ellos son grasas saturadas o trans que a su vez dependiendo de la localización se clasifican en: grasa dura visceral que es la grasa que se encuentra en el abdomen y es la más dificil de eliminar, suele aparecer por el consumo de alhocol y azúcares, es producida por la ansiedad y el estrés o simplemente hábitos alimenticios insanos y para combatirla sería ideal recurrir al origen que las suele provocar como sería prácticar deporte de control como el yoga o pilates. Tambíen existe la grasa blanda o periférica, que se localiza en una zona más externa, concretamente, debajo de la piel o en gluteros, se origina normalmente durante la adolescencia por problemas hormonales y para eliminarla lo correcto sería practicar deporte de tonificación del músculo.
Y el tercer tipo denominado grasa intermuscular que se encuentra entre los músculos, es de menor volumen comparado con las anteriores y avanza con la edad, como la obesidad circulatoria venosa, depende sobretodo de la genética, puede aparecer por el embarazo y un reflejo notable sería por ejemplo, porque los pies están hinchados, se recomienda ejercicios que influyan en el proceso circulatorio, como hacer footing o nadar, acompañados de beber mucha agua.
A priori podría resultar complejo realizar la siguiente propuesta, ya que parece que conlleva un estimado sobreesfuerzo, pero si conseguimos combinar todos estos factores, en el sentido de ser conscientes de cómo cada tipo de alimento desprende un tipo de grasa específica, y dentro de las mismas, cuáles resultan en exceso perjudiciales para nuestra salud, y en consecuencia, a la hora de ingerirlos, averiguamos en cada uno de ellos, las cantidades aproximadas que se deben ingerir para que nos ayude a mantener de forma natural y fluida un ritmo metabólico constante y activo, acompañado de prácticas de deporte que mejor se ajusten a nuestros tipos de grasas acumuladas que de forma visible se reflejan en nuestro cuerpo y suponen un riesgo, se entendería que habríamos alcanzado una herramienta eficaz para mantener una salud firme, un buen equilibrio general y una óptima forma física y mental, de la cual, siempre nos sentiremos orgullosos de haber formado parte de nuestra propia meta.