A lo largo de estos últimos años se ha criticado mucho el consumo de ciertos alimentos por considerarse poco saludables y se ha intentado concienciar a la población de ello. Una de las medidas que se tomaron fue la de subir el IVA en las bebidas azucaradas y edulcoradas. Esta medida, que fue muy criticada por parte de los consumidores, tenía el fin de concienciar a la población de que este tipo de refrescos no son saludables y disminuir la obesidad, pero también servía para recaudar dinero. Ahora se volverá a aplicar una subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas y pasará del 10% al 21%.
Subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas
El gobierno español ha enviado a Bruselas un plan de presupuestos donde indica que tiene el objetivo de recaudar 400 millones de euros. Una de las medidas que aparecen en este plan es la de poner limitaciones en los anuncios dirigidos a menores de 15 años que tengan que ver con el consumo de productos poco saludables para disminuir la obesidad infantil.
Una de las sorpresas de esta medida ha sido la inclusión de las bebidas edulcoradas. Estas bebidas y sus componentes no han estado libres de críticas en los últimos años debido a que ha aumentado su consumo como alternativa a las tradicionales bebidas azucaradas.

Las bebidas edulcoradas hacen que el umbral de dulzor se modifique y los productos libres de azúcar empiecen a parecer sosos. También están relacionadas con el aumento de la grasa abdominal y la aparición de diabetes.
Tras presentar el plan de presupuestos, la FIAB (Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas) ha mostrado su descontento tras ver que pretenden subir el IVA del 10 al 21% de estas bebidas, ya que afirma que todo esto tiene solo intereses recaudatorios.
Destrucción de empleo: una de las consecuencias de la subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas
Se calcula que esta subida de impuestos podría destruir de 1980 a 6165 puestos de trabajo. Esto es porque la subida de precios provocará una bajada de ventas y pérdidas de hasta 334 millones de euros, lo que destruirá empleo en la cadena de distribución y afectará a algunos cultivos importantes, como la remolacha, que es de donde se extrae el azúcar. Hay muchas zonas rurales que viven de los cultivos y, en muchas ocasiones, los ingresos en ellas son inferiores a la media, por lo que esta subida agravaría su delicada situación económica.
A esta subida hay que añadirle que a causa del COVID el consumo de este tipo de bebidas se redujo considerablemente. De hecho, la industria alimentaria tiene una previsión de cierre de 850 empresas y la hostelería de 90.000 locales por la crisis del coronavirus.
Según el gobierno español, la aplicación de esta medida se ha estudiado y tendría un impacto nulo en el sector de la hostelería, ya que sería la venta directa la más afectada. Además, asegura que el principal objetivo es la reducción de la obesidad. Solo en España el 17,3% de la población de entre 6 y 9 años es obesa y el 23,3% tiene sobrepeso. Esto significa que cuatro de cada diez niños está por encima de su peso.

El impuesto catalán
La medida que plantea el gobierno ya ha sido aplicada de manera similar en Cataluña y en algunos países de la Unión Europea.
En Cataluña se aplica un impuesto especial en las bebidas azucaradas desde el año 2017 que varía en función de su cantidad. Un incremento de 8 céntimos por litro en bebidas que contengan entre 5 y 8 g de azúcar por cada 100 ml. Para las que tienen más de 8 g por cada 100 ml el impuesto es de 12 céntimos por litro.
Después de tres años han bajado en un 22% las ventas de bebidas azucaradas. Dentro de estas también se incluyen refrescos, bebidas energéticas, bebidas vegetales y todas las que tengan azúcares añadidos.
Países de la EE.UU. con impuestos especiales en bebidas azucaradas
Países como Irlanda, Francia, Hungría y Noruega también aplican impuestos especiales a las bebidas azucaradas.
Noruega fue la primera en aplicar un impuesto de este tipo, desde 1981 concretamente, y logró una bajada del 27% del consumo de azúcar en los últimos diez años. El impuesto que se aplica es de 0,35 € por litro.
En Irlanda se aplica un impuesto especial a cualquier zumo o bebida que contenga azúcar añadido desde 2018. El consumo de azúcar ha bajado en el país, aunque se cree que también tiene que ver el que muchos fabricantes hayan decidido reducir las cantidades.
Francia aplica un sistema similar al español incluyendo bebidas con azúcar y edulcorante. La reducción del consumo de bebidas con azúcar en 2019 fue de medio litro menos por habitante y año.
En Hungría el impuesto solo afecta a las bebidas carbonatadas desde 2011. En los primeros 3 años el consumo disminuyó un 15,1%. Aunque antes de la entrada en vigor del impuesto ya se había reducido el consumo de estas bebidas en un 13,5% entre 2007 y 2011.
A nosotros nos toca esperar esta subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas y comprobar si realmente tiene efectos sobre el consumo.