Refrescos, enemigos silenciosos que destruyen tu salud

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El consumo de refrescos o gaseosas a nivel mundial cada vez es mayor, un estudio realizado por Euromonitor International en 2012, resalta que Argentina es el país que ostenta el primer lugar en el mundo de ingesta de esta bebida con 131 litros por habitante, el segundo puesto es para Chile con 121 litros, México 119 litros, Uruguay 87 litros por persona, seguidos por Estados Unidos, Noruega, Bélgica, Arabia Saudita, Alemania e Irlanda.

Pero, ¿qué hace que esta bebida sea tan adictiva?, estudios científicos señalan a la cafeína y el azúcar como los ingredientes que hacen que no podamos dejar de tomarla, al no saciar la sed.

Una bebida gaseosa, generalmente, tiene 18 ingredientes: agua (90%), azúcar (33 gramos, equivale a 11 cucharaditas), aspartamo (200 veces más dulce que el azúcar), acesulfamo-K (100-200 veces más dulce que el azúcar), sacarina (300 veces más dulce que el azúcar), ácidos como cítrico, fosfórico, málico y tartárico para que sea refrescante, cafeína (40 mg), dióxido de carbono para provocar las burbujas, conservantes como dióxido de sulfuro (E220), benzoato de sodio (E211), sorbato de potasio (E202), dicarbonato dimetil (E242), saborizantes, colorantes y sodio (20 mg-100 mg por cada 240 ml).

Ahora bien, veamos cómo afecta a nuestro organismo el consumo recurrente de refrescos y cómo podemos dejar de consumirlos.

Refrescos y obesidad

Una de las consecuencias de tomar bebidas gaseosas que más salta a la vista es la obesidad, según el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública de México, los niños que toman una vez al día refrescos tienen 2.4 veces más probabilidades de tener sobrepeso a los que no lo hacen.

El portal web Mipediatra.com hace referencia a un estudio realizado por doctores del Hospital Infantil de México, donde se afirma que si se consume un litro de refrescos diario por tres semanas el pequeño gana un kilogramo de peso. Debemos recordar que México es el país con mayor porcentaje de obesidad infantil.

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En los adultos el panorama no es diferente, y que una lata o botella al día incrementa en un 37% poder desarrollar sobrepeso y los problemas que se derivan de esta condición que merman la calidad de vida.

refrescos

Refrescos y diabetes

Si bien es cierto que para desarrollar diabetes intervienen varios factores como el hereditario, sedentarismo, mala nutrición, ya que es una enfermedad que se debe al desorden del sistema metabólico que resiste a la insulina o no la genera suficientemente, la toma de refrescos juega un papel importante.

Una investigación realizada por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, evidencia que los adultos que suelen consumir bebidas gaseosas light presentan mayor riesgo de desarrollar Diabetes tipo 2, al compararlas con quienes no lo hacen el riesgo es un 67% mayor.

Esta relación se basa en lo azucaradas que son, obteniendo ese sabor al agregarle fructuosa, siendo éste el ingrediente con mayor índice glucémico de todos los alimentos, al entrar al cuerpo no se metaboliza adecuadamente y se transforma en azúcar en la sangre.

Refrescos y asma

Aunque aún no está confirmado, hay varios estudios que relacionan el abuso de azúcar con problemas respiratorios. De la misma manera el benzoato sodio (uno de los ingredientes de las gaseosas), que es un tipo de sal, al ser metabolizado se convierte en ácido hipúrico, que se excreta con la orina, el problema es que cuando el consumo es excesivo el hígado colapsa lo que da pie al asma y a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

La revista Respirology publicó un estudio en el que 17 mil personas se tomaron 2 vasos de refrescos al día, al cabo de un tiempo el 15% de éstas comenzaron a sufrir asma y EPOC, estos tienen 1.5 veces más de probabilidades de desarrollar ambas patologías.

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refrescos azucarados

Refrescos y el corazón

Los problemas cardiovasculares también se pueden derivar del consumo de las gaseosas, así lo indica un estudio hecho por el Departamento de Biociencias moleculares de la Universidad de California, en el que cuatro grupos de personas tomaron diariamente diferentes cantidades de bebidas azucaradas, después de 15 días todos los participantes habían aumentado el riesgo de un infarto, independientemente del incremento de su peso.

Además, algunos de sus ingredientes aumentan el colesterol, triglicéridos y la tensión arterial, detonantes muy bien definidos de las afectaciones cardiovasculares.

Refrescos y los dientes

Debido a los componentes ácidos que contienen, causan un impacto negativo en los dientes, siendo el ácido fosfórico el más peligroso, dañando el esmalte dental, lo que ocasiona que surjan las caries.

No debemos olvidar que el azúcar es el alimento ideal para los microorganismos que crean las caries, es decir, el ambiente perfecto, esto sin contar los colorantes que al estar en contacto directo con los dientes tienden a mancharlos.

¡Puedes dejarlo!

Como toda adicción, para dejarla hay que tener fuerza de voluntad, esta en particular se asocia a malos hábitos de alimentación, por lo que comer más sano, incluir vegetales, frutas, comida a la plancha te pueden ayudar a no pensar en los refrescos como tu bebida.

Cada vez que sientas sed piensa en agua, es más económica, la puedes traer de casa y de verdad te va a quitar la sed.

Recuerda cuando ingieres un refresco todo tu organismo está sufriendo y hay diversas opciones en el mercado para sustituirlo.

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