De acuerdo con los especialistas, la piel empieza a envejecer a partir de los 25 años con la aparición de las primeras arrugas, manchas, tonos apagados, etc. Aunque la genética desempeña un papel fundamental en el envejecimiento de la piel, hay otros factores que son igual o más importantes. Aquí entra en juego el denominado estrés oxidativo.
Se denomina estrés oxidativo al proceso que ocasiona el deterioro celular que depende de la producción de radicales libres. Este proceso es responsable y causante en gran medida del envejecimiento prematuro de la piel. Para contrarrestar sus efectos, es necesario incorporar en nuestros hábitos de belleza y cuidado los antioxidantes, además de seguir una dieta saludable, hacer ejercicio y dormir lo necesario.
El estrés oxidativo es el daño producido de manera normal en el funcionamiento celular. En este proceso se producen los denominados radicales libres, los cuales son dañinos para nuestro organismo. Aunque este es capaz de neutralizar a gran parte de los radicales libres, con el paso del tiempo disminuye su capacidad de trabajo, por lo que las células envejecen más rápidamente.

Si al daño producido por el estrés oxidativo le sumamos el ocasionado por agentes externos, la situación empeora. Los rayos del sol, la contaminación, el tabaco y sustancias nocivas tienen efectos negativos en los tejidos de nuestro cuerpo. El estrés oxidativo también contribuye a disminuir la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, los cuales son piezas fundamentales para mantener la piel hidratada y conservar su elasticidad.
Aunque el envejecimiento es una función vital de todo ser humano, podemos retrasar esta etapa o hacerlo de forma saludable. Es importante evitar el aumento de los radicales libres, los cuales encontramos en el estrés, el alcohol, el tabaco, la contaminación y los rayos ultravioletas. Además, es imprescindible incluir alimentos ricos en antioxidantes en nuestra dieta, como: brócoli, chocolate negro, frutos rojos, canela, ajo negro, frutos secos, etc. Esto se debe a que las vitaminas y minerales antioxidantes neutralizan la oxidación celular, detiene el deterioro de los tejidos y evitan la acción de los radicales libres. De esta forma, ayudan a prevenir la aparición de las enfermedades relacionadas a la edad.
Las vitaminas antioxidantes que destacan son la vitamina E, A y C. Sin embargo, los OPC son moléculas de origen vegetal que tienen un poder antioxidante 50 veces más superior a la vitamina E y 20 más a la vitamina C. De esta forma se constituye el antioxidante más efectivo. Este compuesto se encuentra en uvas, arándanos, frambuesas y otras bayas.
No obstante, no solo la alimentación es un factor importante. También debemos llevar una vida saludable y respetar nuestras horas de sueño. Así, nuestra piel presentará un aspecto más saludable y el envejecimiento no se reflejará en nuestra piel de manera prematura. Debemos siempre protegernos también del ambiente. Hay ciudades más contaminantes que otras, por lo cual debemos tener cuidado con nuestra exposición. Según la OMS, la mayoría de ciudades en España no cumple con el nivel de partículas que debe tener el ambiente, por lo cual son altamente tóxicas.