Durante las primeras semanas o incluso durante los primeros meses de entrenamiento es normal ganar peso. Ante esta situación es normal que nos frustremos pensando que hemos engordado, incluso es normal que nos deprimamos mientras buscamos qué hemos hecho mal. De hecho, esto de que pesamos más si hemos empezado a ir al gimnasio parece totalmente incompatible y este sentimiento puede llevarnos al abandono y a dejar el ejercicio físico, lo cual es un grave error.
¿Por qué pesamos más?
Durante los primeros meses de entrenamiento el cuerpo pasa por un estado de adaptación. Entre los muchos efectos secundarios que podemos padecer hay dos que se manifestarán seguro: las temidas agujetas y un aumento del apetito. Lo primero es pasajero y desaparece cuando hacemos más ejercicio y lo segundo es normal porque el cuerpo necesita más energía. El número de calorías que quema un cuerpo que lleva una vida sedentaria es inferior al que quema uno que hace ejercicio de forma regular. Además, lo más normal es que aumentemos nuestra masa muscular en una pequeña cantidad mientras baja la cantidad de grasa. Y este músculo necesita energía para sobrevivir, la grasa en cambio no. Esta es otra razón por la que tendremos más hambre.
Entonces, que durante las primeras semanas o meses de ejercicio aumentemos de peso es normal y también muy buena señal porque significa que nuestro organismo se está adaptando al ejercicio y a la nueva rutina.
Este aumento de peso no tiene que desanimarnos o invitarnos a abandonar el entrenamiento porque es solo un trámite hasta que el cuerpo se estabilice. Hacer ejercicio nunca será malo para la salud sino todo lo contrario.

Músculo vs. grasa
Otro aspecto a tener en cuenta es que cinco kilos de grasa ocupan mucho más espacio que cinco kilos de músculo. Es decir, aunque dos personas pesen exactamente lo mismo, el volumen de la que tenga más masa muscular será inferior. Entonces, aunque sigamos pesando lo mismo, nos veremos más delgados porque la grasa se habrá convertido en músculo.
Otros factores
Si nuestro objetivo es bajar de peso, además de hacer ejercicio de forma regular, hay que llevar una alimentación equilibrada y sana. No sirve de nada ir al gimnasio si anteriormente nos hemos hinchado a bollería industrial. Después de una sesión de entrenamiento tenemos que reponer energías, pero a través de proteínas y carbohidratos.
Hay otros factores que pueden hacer subir el peso sin motivo, sobre todo en las mujeres, como la retención de líquidos o la menstruación. En estos casos el peso suele recuperarse en unos pocos días.
Lo más importante es no obsesionarse con la báscula y el peso que marca. Para conseguir el objetivo lo mejor es tengamos paciencia y constancia. Muchas veces lo más difícil de adelgazar no es el ejercicio y la dieta, es mantener la motivación el tiempo suficiente. Los resultados no son inmediatos porque el organismo necesita un tiempo para adaptarse. Como no vemos resultados, nos desmotivamos y abandonamos. Y esto en un error porque, además, está más que demostrado que practicar deporte y llevar una alimentación sana y saludable nos hace también más felices.

Consejos
Es muy importante aumentar la intensidad del entrenamiento poco a poco. Si venimos de una vida sedentaria, empezar con ejercicios de alta intensidad puede desmotivarnos, porque no conseguimos hacerlos bien y aguantar el ritmo, y pueden ser hasta peligrosos, porque seremos más susceptibles a lesiones. Y, sobre todo los primeros días, es importante que escuchemos a nuestro cuerpo y respetar sus límites. También es muy importante dejar un tiempo de recuperación, normalmente es un día entre entrenamiento y entrenamiento.