Los que conocen la fascitis plantar tiemblan de solo escuchar su nombre. Esta lesión no hace distinción entre deportistas y,exceptuando aquellos que transcurren en el agua, nadie esta a salvo de ella. La fascitis plantar en los jugadores de baloncesto es algo muy común debido a la dinámica del juego. En este artículo conocerás más acerca de esta lesión.
La fascitis plantar: un pequeño resumen
Se llama fascia plantar al tejido que recorrer desde el espolón calcaneo hasta los dedos y lo que conforma el arco del pie.
Cuando este inflama debido a una sobrecarga en la zona es cuando aparece la llamada fascitis plantar.
Las causas más habituales de la lesión son:
- Calzado en mal estado
- Mala pisada
- Sobrecarga en la zona
Los síntomas son inconfundibles. El dolor se siente muy agudo a primera hora de la mañana, al poner el pie en el suelo. Cada vez que se da un paso el dolor aparece en el talón y si se sigue entrenando o compitiendo, llegará un punto que será inhabilitante.
Las razones por las que la fascitis plantar en los jugadores de baloncesto es algo común
El sobreuso de la fascia plantar en diferentes deportes causa la inflamación de esta. En el caso de los jugadores de baloncesto es muy fácil que el contacto repetido contra el suelo debido a los saltos y la forma de jugar cause una seria inflamación en la fascia.
Los jugadores de baloncesto, debido a su envergadura, presenta un peso superior a la media. El peso es factor muy importante para el surgimiento de esta lesión.
Esto responde a la sencilla lógica que el impacto será superior a más masa tenga el cuerpo y por lo tanto sufrirán más tanto músculos como articulaciones.
El juego rápido que se desarrolla durante los partidos de baloncesto impiden que una pequeña inflamación en la fascia plantar se recupere. Ya que los pequeños microtraumatismos empeoran la lesión.
A pesar de ello es común seguir ejercitándose ya que el dolor desaparece una vez se entra en calor. Por desgracia cuándo la fascia plantar se enfría el dolor aparece de golpe y con mucha intensidad.
Esta lesión responde adecuadamente a un tratamiento conservador que incluye estiramientos y fortalecimiento de la zona mediante sencillos ejercicios que se puede hacer incluso en casa.