La hidroterapia es un sistema de rehabilitación que constituye un remedio ideal para aquellas personas que hayan sufrido ciertas lesiones. Serían los casos de pacientes con problemas de artritis, fracturas, dolores musculares o articulares. Lo cierto es que en los últimos años la hidroterapia ha cobrado un importante auge entre los deportistas. El uso del agua para estimular la salud, el bienestar y la recuperación de lesiones ofrece una serie de ventajas más que considerables.
En la hidroterapia se usa el agua caliente, fría, el vapor de agua y el hielo para la recuperación muscular y el alivio de todo tipo de dolores y molestias. No en vano, el baño en agua caliente relaja el cuerpo, aumenta el ritmo cardíaco y baja la presión arterial. El calor dilata los vasos sanguíneos y aumenta la circulación. Esto permite que las enzimas y las endorfinas trabajen de forma más rápida y eficaz. Asimismo, estimula la sudoración y la eliminación de toxinas.
Principales ventajas del tratamiento en hidroterapia
Debemos tener en cuenta, además, que en el agua se produce lo que se llama el peso aparente. Este concepto se define como la diferencia entre el peso del cuerpo sumergido y el empuje del agua. Algo que se traduce en una mayor facilidad de trabajo en el tratamiento de cualquier lesión. Sobre todo al conocer que una persona que pesa 100 kilos, al sumergirse hasta la cintura tan solo pesará la mitad. De esta manera, esta persona trabajará su lesión con un porcentaje de descarga mayor. Algo que repercute de forma positiva en la rapidez de su recuperación.
Hay que señalar, en primer lugar, que el tratamiento de hidroterapia posibilita que la rehabilitación del paciente sea más rápida y menos dolorosa. Además, el agua en este tipo de sistemas desintoxica el organismo y estimula la respuesta del sistema inmunológico. Pero además, ofrece una serie de ventajas adicionales con respecto a otros sistemas de rehabilitación de lesiones deportivas.
A la ya mencionada rapidez rehabilitadora, gracias a la hidroterapia se logra disminuir la rigidez y mitigar los dolores musculares. Se trata de un sistema que supone numerosos beneficios en especial para las contracturas. Sobre todo cuando se trata de una lesión fuerte e importante que impide al paciente moverse con normalidad. Algo que suele ser muy frecuente entre los deportistas.
Por otra parte, la hidroterapia es un proceso rehabilitador de gran ayuda para las fracturas y las fisuras en los huesos. En este último sentido, ayuda a la prevención y al tratamiento de aquellas personas que sufren secuelas por culpa de la osteoporosis, la artrosis, las enfermedades artríticas y reumáticas. Ni que decir tiene que será también un buen sistema para los pacientes que tengan problemas ortopédicos, enfermedades de la columna vertebral o fibromialgia.
Fases de desarrollo en hidroterapia
El tratamiento de la hidroterapia en pacientes en busca de su recuperación se desarrollará en 3 fases fundamentalmente:
- Primera fase: conocida como fase aguda, se disminuye el dolor y se aumenta el rango de movimiento
- Segunda fase: durante esta fase intermedia, se fortalece el músculo y se da estabilidad a las estructuras dañadas
- Tercera fase: en la fase final ya se trabaja a una intensidad más alta
En definitiva, la hidroterapia es un sistema rehabilitador fundamental para la relajación de los diferentes grupos musculares, la mejora de la circulación, la prevención de lesiones y como elemento liberador de tensiones. No solo hay que acudir a esta terapia al tener una lesión deportiva, sino también durante la práctica regular. Precisamente, las bañeras de hidromasaje se han convertido en lugares de recuperación tras el esfuerzo.
Un baño con agua caliente, no superior a los 39 grados centígrados durante al menos 15 minutos al día, después de una jornada de entrenamientos puede ayudar a regenerar los músculos y reducir la presión a la que se han visto sometidos. Además, ¿sabías que la Fundación Nacional del Sueño recomienda tomar un baño de agua caliente unas horas antes de acostarse para mejorar la calidad del sueño?