Una ducha helada puede que no sea una opción atractiva a primera hora de la mañana, ya que la mayoría de nosotros disfrutamos de una ducha tibia y calentita para salir de nuestro sueño y prepararnos para el día. Dicho esto, parece ser que los estudios afirman que es bueno ducharse con agua fría, puesto que estos baños aportan numerosos beneficios para la salud: piel radiante, cabello brillante, recuperarse bien de las lesiones, un mejor sistema inmunológico e incluso ayuda a estar alerta sin necesidad de tomar cafeína por la mañana.
Razones por la que es bueno ducharse con agua fría
También llamada como la «Ducha James Bond» o «Ducha escocesa», ducharse con agua fría puede proporcionar beneficios sorprendentes para nuestro cuerpo y piel que enumeramos a continuación:
Puede ayudar a combatir la depresión a largo plazo
Hay una diferencia entre sentirse deprimido y estar deprimido. Pero, dado que es probable que uno de cada cuatro de nosotros sufra algún tipo de afección de salud mental en nuestras vidas, vale la pena tener la mente abierta cuando se trata de tratamientos.

La teoría aquí funciona usando el mismo sistema que hace que nos congelemos. Si nuestro cuerpo cree que estamos en peligro de congelarnos, redirige la sangre de las extremidades a las áreas vitales: la cabeza y el corazón. Al hacerlo, aumentamos los niveles de noradrenalina y beta-endorfina en la sangre, lo que ayuda a mejorar el buen humor.
Reduce el dolor muscular tardío
El dolor muscular de aparición tardía (DOMS) es la pesadilla de cualquier deportista. Para aquellos que no dominan la jerga, esto significa que muchas personas que practican deporten pueden tener un dolor muy intenso dos o tres días después de ir al gimnasio. Afortunadamente, ante esta situación es bueno ducharse con agua fría, ya que puede ayudar a reducir la inflamación que provoca el dolor de los músculos debido al ejercicio de fuerza.
Reduce la inflamación
¿Alguna vez has visto un video de un atleta que se abre paso lentamente en un recipiente de aluminio lleno de hielo? Hay una razón por la cual las personas que hacen ejercicio de manera intensa se someten a este tratamiento.
El frío reduce de forma efectiva el edema (hinchazón en el cuerpo), por lo que es aconsejable aplicar compresas frías en un esguince de tobillo. Lo mismo ocurre con todas las inflamaciones del cuerpo: a través de la vasoconstricción, la sangre se aleja de las áreas inflamadas. Este proceso ayuda a reducir la hinchazon en los músculos, las manos y los pies adoloridos.
Aumenta la inmunidad
Con el aumento de la presión arterial se produce un incremento en la cantidad de glóbulos blancos que nos protegen de las enfermedades. Al aumentar el movimiento de los glóbulos blancos en nuestro organismo, tienen más disponibilidad para atacar a esos patógenos, lo que estimula la respuesta inmunitaria.
En términos simples, nuestro sistema inmunológico funciona mejor cuando hay más glóbulos blancos. Según los investigadores, las personas que toman duchas frías por la mañana tienen un 29 % menos de probabilidades de enfermar que aquellas que no lo hacen.
Mejora del estado de ánimo y la concentración
Aunque es bueno ducharse con agua fría, esto no significa que la ansiedad y la depresión se vayan por completo, solo puede ayudar a aliviar los síntomas. Las duchas frías activan el sistema nervioso simpático y aumentan la disponibilidad de neurotransmisores, como las endorfinas. Esto, a su vez, provoca una mejora del estado de ánimo, al igual que lo haría una buena sesión de entrenamiento.
Además, las duchas frías pueden aumentar la concentración cuando experimentamos confusión mental. Este aumento de los niveles de oxígeno actúa como una dosis natural de energía, razón por la cual nos sentimos tan revitalizados después de una buena zambullida en el spa.
Mejora de la salud del cabello, la piel y el cuero cabelludo
Terminar tu ducha con un chorro de agua fría es una manera fácil de aumentar el brillo de tu cabello. El cabello contiene una proteína llamada queratina, que actúa como un escudo alrededor de los folículos para protegerlo del daño. Las células de queratina blanda se dañan fácilmente con el calor. Cuando esto sucede, el cabello se debilita, se seca y pierde su brillo. Una ducha fría puede ayudar a evitar que el calor dañe el cabello. Debido a un aumento en la circulación sanguínea, el cuerpo suministra más oxígeno y nutrientes al bulbo piloso, lo que hace que el cabello sea más fuerte y brillante.
Así como nuestras venas se vuelven más pequeñas cuando se exponen al frío, nuestros poros también se cierran, haciendo que la piel parezca más tersa y delicada. Además, una ducha con agua fría ayuda eliminar las toxinas de nuestra piel. Los especialistas confirman que es bueno ducharse con agua fría porque activa el sistema circulatorio para estimular la piel para que libere los desechos y reduzca la inflamación. Esto contribuye a reducir los brotes y el enrojecimiento de la piel.

Por último, no hay cabellos sanos sin un cuero cabelludo saludable. El agua fría contrae los músculos arrectores pili, pequeños músculos del cuero cabelludo unidos a los folículos pilosos. A través de esta constricción de los músculos, se reduce el sebo y mejora la elasticidad del cuero cabelludo. Además, el agua caliente puede eliminar el sebo del cuero cabelludo, mientras que el agua fría permite que estos aceites naturales existan sin ser molestados. Tengas el cuero cabelludo seco o graso, las duchas frías pueden equilibrar la cantidad de sebo para lucir un cabello más sano y brillante.
Ducharse con agua fría de forma segura
Ahora que hemos explicado las razones por las que es bueno ducharse con agua fría, es importante comprender cómo realizarlo de forma segura y eficaz.
Dado que el agua fría reduce la temperatura corporal, no es recomendable dejar correr el agua fría durante un tiempo prolongado. Lo ideal es comenzar con una descarga de treinta segundos para aprovechar todos los beneficios de esta práctica. Después, puedes aumentar gradualmente la duración de tu ducha fría y disminuir la temperatura poco a poco.
Dado que las duchas frías proporcionan un impulso de energía, es mejor hacerlo por la mañana o al mediodía. Al igual que evitarías tomar café antes de acostarte, también debes abstenerte de ducharte con agua fría, pues podría provocarte insomnio.
Aunque esta es una práctica generalmente segura si no sufres ninguna enfermedad, una ducha de agua helada puede dañar potencialmente a las personas con afecciones cardíacas, como la enfermedad de Raynaud, que afecta el sistema circulatorio.