Son muchas las personas que, por diferentes motivos -como el miedo al agua- aún no han aprendido a nadar. Se cree que, una vez siendo adulto, este aprendizaje es muy difícil de asimilar, pero nada más lejos de la realidad.
En este reportaje podrás conocer consejos sobre cómo empezar a nadar si nunca lo has hecho antes. Además, también aprenderás algunas técnicas que te ayudarán a introducirte en el mundo de la natación.
Consejos para empezar a nadar
Son varios los consejos que los técnicos ofrecen para empezar a nadar desde cero obteniendo los mejores resultados. A continuación, explicaremos algunos de ellos.
Técnica
Ya que comienzas desde cero, la mejor opción es que te centres en la técnica. Son muchas las malas costumbres que se adquieren cuando se aprende a nadar sin supervisión. Por este motivo, es importante eliminar los errores más comunes en esta práctica.
Lo primero que debemos hacer es centrarnos en una buena posición dentro del agua, sin ella no podremos avanzar adecuadamente. Una vez controlada la posición, podremos comenzar a aprender las fases posteriores.
Olvidémonos de la distancia
En este caso, no nos debe importar hasta qué distancia somos capaces de llegar cuando nadamos. Debemos centrarnos siempre en la calidad de lo que hacemos, que es más importante que la cantidad. Lo que hagamos, aunque sean dos largos, que esté bien hecho. Olvidémonos de las competiciones y de lo que otros hagan. Centrémonos siempre en nuestro trabajo.
Tener paciencia
Vamos a comenzar a realizar una actividad por primera vez. Por lo tanto, tenemos que ser conscientes de que todo aprendizaje es lento y más si queremos asumirlo de la mejor forma posible. Debemos recordar que el agua no es el elemento al que mejor está habituado el cuerpo humano. Por lo tanto, tenemos que conocerlo y adaptarnos a él poco a poco.

Equipamiento básico para este deporte
Para empezar a nadar, debemos equiparnos con los artículos básicos. Cuanto más preparados estemos, más fácil será enfrentarnos a esta experiencia.
En primer lugar, debemos adquirir un bañador. Se recomienda corto si es para hombre y de una sola pieza si es para mujer. Además, si el agua de la piscina está especialmente fría, podemos optar por trajes de baño gruesos.
Las chanclas son también muy importantes, por lo que deben ser cómodas. Además, se recomienda que sean fáciles de poner y quitar.
Lo normal es aprender a nadar en la piscina, motivo por el que no podemos olvidarnos del gorro, ya que es una norma mínima de higiene. Este objeto siempre impedirá que se nos caiga pelo en el agua.
Las gafas son un elemento que nos ayuda a sentirnos más libres cuando nos encontramos en el agua. Nos permite ver en el caso de que nos sumerjamos y evita que se nos irriten los ojos.
La toalla para secarse después del baño es imprescindible. Debemos escoger una que nos cubra todo el cuerpo para mayor comodidad.
Por último, una bolsa de deporte nos permitirá transportar todos los objetos anteriores y evitar que se nos pierdan. Toda organización es importante a la hora de realizar cualquier actividad.
¿Qué piscina escoger para aprender a nadar?
Una vez tengamos todos los artículos necesarios, el siguiente paso es decidir en qué piscina comenzaremos esta aventura. Para aprender a nadar desde cero, lo mejor es descartar las piscinas de verano. Normalmente en estas zonas, además de no estar divididas por carriles, las personas se dedican más a jugar, especialmente los niños
Por lo tanto, lo mejor es elegir una piscina climatizada interior que tenga al menos veinte metros de longitud y que no esté demasiado concurrida. Compartir carril con otras personas siempre produce estrés, por lo que, si vas a aprender a nadar, lo mejor es eliminar este tipo de problemas para facilitar la actividad. Para evitar este tipo de situaciones, también se puede asistir a la piscina en horarios de poca afluencia, como a la hora de la comida.

Qué hacer cuando tenemos miedo a aprender a nadar
Si no sabes nadar pero además tienes mucho miedo al agua, debes saber que se puede superar la fobia mediante la práctica. Lo más importante es aceptar este miedo y querer enfrentarse a él. Recuerda que muchas otras personas han vivido esta situación y han podido superarla a base de voluntad.
En primer lugar, los profesionales aconsejan aprender técnicas de relajación para evitar entrar en pánico. Cuando una persona tiene pensamientos de temor, se le recomienda imaginar que está nadando en un ambiente cómodo. De este modo se reducirá la ansiedad.
Practicar con un amigo también ayuda a pasar por este proceso, al igual que comenzar en aguas no muy profundas que te permitan tocar el fondo con los pies. Sumergir las piernas en el agua antes de introducirse en el interior de la piscina o entrar poco a poco en ella, también facilita la situación.
Ya he aprendido a nadar ¿Ahora qué?
Una vez hayas aprendido las técnicas base de este deporte, puedes proponerte otras metas más avanzadas. Por ejemplo, puedes perfeccionar tú técnica, mejorar el rendimiento o, incluso, presentarte a alguna competición.
En estos casos, podrás adquirir otros elementos menos sencillos como las aletas para los pies o las tablas de flotación, para mantener las piernas unidas durante los ejercicios.
También, puedes adquirir auriculares acuáticos por bluethoot, para poder escuchar música mientras nadas, o pulseras de actividad para medir tu esfuerzo y tu evolución con cada entrenamiento.