Qué es el reloj biológico, su importancia y cómo funciona en tu cuerpo

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Contenido del artículo

En nuestro organismo tenemos una especie de cronómetro interno que hace que nuestro cuerpo se adapte al entorno, en primer lugar, y a nuestro modo de vida en segundo lugar. A este elemento, que tiene origen químico, como veremos a lo largo del artículo, se le conoce como reloj biológico. Su función es vital para regular el comportamiento, nuestras hormonas, el sueño y nuestro metabolismo. Y sí, por supuesto, es el encargado de crear la sensación de jet lag cuando viajas y sufres un cambio temporal en tus ritmos biológicos. Aprende cómo funciona el reloj biológico en el organismo y por qué debemos cuidarlo.

El hecho de comprender cómo afecta a nuestra vida es de tal importancia que el estudio de su funcionamiento mereció en 2017 el premio Nobel de Medicina. Y es que los científicos Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young han sido los responsables de que arrojemos luz a este pequeño misterio de nuestro organismo. ¿Te apetece descurbrir la verdad? Sigue leyendo.

Los ritmos circadianos

Hoy en día sabemos bien que la vida tal y como la concebimos en la Tierra se ha adaptado a la rotación de la Tierra, de tal forma que podemos anticipar el día y la noche y ajustar así nuestro ritmo biológico a las horas de luz y a las de oscuridad. ¿De cuánto es cada ciclo de vida o descanso? Lo habitual son 24 horas, si bien se ha estudiado que en circunstancias extremas, los ritmos biológicos de nuestro cuerpo se adaptan y mutan para sobrevivir en esa nueva realidad. Como por ejemplo, en una guerra, como la II Guerra Mundial, en la que el biólogo Franz Halberg estudió cómo los soldados adaptaron su reloj biológico para las grades batallas de días. La definición del tiempo que trascurre en un círculo completo del día fue “ritmos circadianos a partir de los términos circa (“alrededor”) y diem (“día”).

ritmo circadiano

El gen periodo, la clave para comprender el reloj biológico del hombre

Desde su enunciación, la comunidad científica trató de explicar el origen de estos ritmos circadianos que eran capaces de modificar el reloj químico interior de un ser vivo (no solo los humanos). Las primeras investigaciones se centraron en la genética, convencidos los científicos de que la respuesta se encontraba en algún tipo de gen que provocaba la percepción del tiempo en los seres vivos. Cada uno en su ritmo vital. Y en efecto, investigaciones posteriores dieron con el gen responsable de esta adaptación natural: el gen periodo.

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De esta forma se confirmaba lo que los científicos esperaban: el reloj biológico del hombre es un concepto químico. Así, este gen periodo cumple una función clave: codificar la proteína PER para que sus niveles en el organismo oscilen al ritmo del día (24 horas), de tal forma que está en sincronía con el ritmo circadiano. Durante la noche, las células acumula la proteína PER, que se degrada y pierde en el día. Junto a esta proteína, existen otros componentes similares directamente implicados en el buen funcionamiento del reloj biológico. Estas son las proteínas TIM, capaces de penetrar en la células y bloquear al gen periodo como vía para cortar el circuito de actividad del organismo.

Gracias a estos estudios, hoy conocemos más en profundidad cómo el reloj biológico es vital para no caer en trastornos del sueño, depresión o irritabilidad por causa de una descompensación en los ritmos biológicos de nuestro organismo.

el reloj biológico

El reloj biológico en el deportista

Dado que a lo largo de todo el ciclo circadiano el organismo responde de forma diferente, no es extraño que la ciencia del deporte haya establecido diversos estudios para conocer cómo puede mejorar este conocimiento los resultados de los grupos deportivos y de cada deportista a título individual. Esta teoría parte de la hipótesis de que un reloj biológico engrasado es la clave del éxito para mejorar el rendimiento deportivo.

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Así, por ejemplo, hay personas en las que su organismo rinde más en horarios de tarde-noche; otros en las primeras luces del día, y los hay que son auténticos búhos. De ahí la importancia de controlar cualquier elemento que provoque un desajuste en el ritmo biológico del deportista. Para ello, se suele enseñar cómo organizar nuestras actividades para que podamos desarrollar un conocimiento pleno del rendimiento y bienestar corporal en cada momento.

Un calendario para reajustar nuestro ritmo natural

Si bien los científicos insisten en que los ritmos circadianos son individuales, estas son las recomedaciones de los entrenadores para controlar nuestro reloj biológico.

Se sabe que desde las 6 a las 9 h de la mañana la luz corta la secreción de melatonina (la hormona del sueño) y aumenta la testosterona, por lo que nuestro cuerpo comienza a despertar. Es aconsejable una actividad física moderada pero no intensa, ya que nuestro organismo no está preparado al 100%.

A partir de las 9 y hasta las 12 horas, nuestro organismo está en pleno rendimiento físico e intelectual. Desde el medio día hasta después de comer, el cuerpo entra en una fase más relajada por la actividad gástrica, disminuyendo nuestra capacidad y nivel de atención.

A las 17 horas se produce un nuevo cambio, alcanzando un nuevo pico de productividad intelectual y de actividad física. Es un buen momento para hacer ejercicio. Desde este momento, nuestro cuerpo se prepara tanto para la cena como para la fase previa al descanso. Las primeras horas de sueño son claves para regenerar el organismo y eliminar toxinas. Las horas previas a despertar son de recuperación.

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