Presentar problemas digestivos como nauseas o dolor abdominal, además de inapetencia, son algunos de los síntomas primarios de la cirrosis hepática, el resultado final del daño crónico al hígado.
Esta enfermedad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa aproximadamente 800 mil muertes al año a nivel mundial. En Europa y Estados Unidos se atienden más de 250 casos anuales por cada 100 mil personas.
Por su parte la organización México Máxico que se encarga de levantar estadísticas nacionales, indica que para 2013 este padecimiento ocupa la cuarta causa de muerte en dicho país, siendo motivo de más de 29 mil decesos anuales.
Su principal detonante es la ingesta de alcohol, de ser el consumo mayor a 200 gramos diarios el órgano se afecta, por ser ésta la cantidad máxima que puede metabolizar el hígado. Por otra parte, esta es una patología que puede ser heredada y la edad es un factor detonante.
Uno de los problemas con la cirrosis hepática es que es silenciosa, se presenta después de años, cuando la función del órgano ya es deficiente, considerándose en casos extremos un trasplante o finalmente cuidados paliativos.
Otras de las señales para sospechar de cirrosis son: acumulación de líquido en piernas y abdomen, piel amarilla, enrojecimiento de las palmas de las manos, heces pálidas y fatiga.
¿Cuál es la función del hígado?
La función del hígado es destruir los glóbulos rojos y los glóbulos blancos envejecidos, así como ciertas bacterias presentes en la sangre, eliminar los tóxicos procedentes de los desechos producidos de forma natural por nuestro organismo, como el amoníaco y también los que se ingiriere, como el alcohol, además de neutralizar los medicamentos que absorbemos una vez que han producido sus efectos.
Otro trabajo que lleva a cabo es metabolizar los glúcidos, colesterol, triglicéridos y proteínas, y almacena la energía bajo forma de azúcar, para ponerla a disposición del organismo en caso de ser necesario.
Hay que tener en cuenta que hay factores que detonan la enfermedad que son modificables, como la ingesta de alcohol, consumo de tabaco y sedentarismo, si estas conductas se cambian los beneficios serían muchos para el hígado.
¿Cómo nos afecta la cirrosis?
Cuando una persona es diagnosticada con cirrosis hepática, quiere decir que su hígado tiene dañados sus tejidos y estructura vascular, se observa duro y más pequeño, lo que disminuye sus funciones hasta afectar la calidad de vida de la persona.
Aquellas personas que han padecido de hepatitis, tienen mayor riesgo de desarrollar este padecimiento, ya que el órgano está afectado, es por ello que estos pacientes tienen que hacer énfasis en un estilo de vida saludable.
Reduce riesgos:
- Bebe alcohol con moderación.
- Haz una dieta rica en frutas y verduras.
- Mantén un peso saludable.
- Reduce el riesgo de contraer hepatitis.