¿Alguna vez te has preguntado por qué no puedes comer sólo una patata frita? ¿O por qué parece que el olor del bacón te hace sentir hambre? La industria de la alimentación procesada emplea sustancias que generan ansiedad por comer más cantidad de la necesaria de estos productos procesados.
Estas son la sustancias que generan ansiedad por comer más en alimentos

La sal
En efecto, la sal es uno de las sustancias secretas que utilizan los fabricantes de snacks y alimentos de comida rápida para engancharnos a sus productos y hacer que los ingiramos con ansiedad, tal y como demuestra este estudio de la American Society of Nutrition publicado en The Journal of Nutrition.
Según dicha publicación, la sal potencia la sensación de hambre y hace que el individuo consuma más comida, y, por lo tanto, más calorías.
La sal es un potenciador del sabor que crea una sensación de adicción momentánea y antisaciante en el consumidor.
El glutamato monosódico o E-621
¿Y si la epidemia de obesidad que viven los países desarrollados no se debiera exclusivamente al desequilibrio en las dietas y la dependencia de comida procesada o de rápido consumo?
En los últimos diez años, diversos grupos de investigación han puesto su foco de atención en los diversos aditivos que se añaden a productos como las patatas fritas o los alimentos procesados y congelados.
En concreto, el glutamato monosódico o E-621 se sabe que es un potenciador de sabor, y, ahora también, que potencia la voracidad y la ansiedad por comer el producto en cuestión.
Los fabricantes juegan con la baza de que este aminoácido no es dañino para el organismo, sino todo lo contrario. Este compuesto es necesario para diversas funciones neuroendocrinas (como, por ejemplo, regular la saciedad cuando comemos).
Sin embargo, su consumo excesivo es capaz de provocar daños en cómo el cerebro regula la sensación de hambre.
El Nitrito de sodio, una sustancia que genera ansiedad por comer más a través del olor
¿Alguna vez te has preguntado por qué, salvo que seas vegetariano, el olor del bacón te llama tanto? Existen diversos tipos de sales que se utilizan en el procesado de alimentos para su conservación más larga en el tiempo. Uno de ellos es el nitrito de sodio (E-250), que se emplea como conservante en carnes ahumadas y adobadas. También en los fiambres y embutidos.
¿Es un aditivo necesario? Sí, dado que cumple la función de combatir a las bacterias esporógenas -responsables, por ejemplo, del botulismo-. Sin embargo, dado que es un compuesto químico (no natural) con factores cancerígenos, las autoridades sanitarias han limitado la cantidad que un alimento puede utilizar de este conservador.
Su presencia hace que llegue a nuestro olfato el olor de la carne apetecible, al tiempo que, además, resalta ese quinto sabor que es el umami. Estos aditivos químicos fomentan este quinto sabor para que el individuo no pueda comer solo una ración del alimento en cuestión.
Diacetilo, entre las sustancias que generan ansiedad por comer más palomitas
Originariamente, es un elemento natural que surge durante le proceso de fermentación. Ahora bien, la industria alimentaria lo añade de forma artificial para hacer que el alimento tome un sabor parecido al de la mantequilla.
Así las cosas, este elemento químico está presente en las margarinas, y en productos que, teóricamente, en su elaboración utilizan mantequilla pero que en realidad se sustituye por este componente. Véanse, por ejemplo, las palomitas con sabor a mantequilla.
Esta sustancia química está en la picota sanitaria ya que se conocen efectos adversos serios en los trabajadores en fábricas de este tipo de productos debido a su presencia en el ambiente.
La acrilamida
Cuando cocinas carne o fríes unas patatas fritas, el alimento adquiere un atrayente color marrón. Esto se produce porque en estos alimentos existen componentes que reaccionan al calor liberando moléculas que en poca cantidad no resulta perjudicial, pero que sí que implican riesgos si se come en exceso.
Esta sustancia hace que el alimento sea irresistible. Está presente de forma habitual en los snacks, el pan tostado y en muchos productos de bollería.
Las grasas, las más potentes sustancias que generan ansiedad por comer más
Las grasas son las sustancias que más adicción y ansiedad por los alimentos procesados generan. Están ahí precisamente para que no puedas comer solo una ración mínima.
Su funcionamiento demuestra un profundo conocimiento de los resortes neurobiológicos que entran en juego con la alimentación. Los fabricantes de patatas fritas, pizzas y otros alimentos procesados no frescos, saben que determinadas grasas, en contacto con la lengua, envían información de una sensación placentera al ingerir el alimento.
Es a lo que se conoce como el quinto sabor: el umami.
Por ello, resulta casi irresistible decir al cerebro que no queremos esa pizza con queso y aceite, o que solo vamos a comer una patata frita.