Hace un par de décadas, la sociedad occidental empezó a analizar sus hábitos alimenticios, así como el impacto de estos en la salud de las personas. Ha quedado más en evidencia la relación entre diabetes y obesidad, ocasionando un nuevo paradigma acerca de los alimentos, que analizaremos desde su índice glucémico.
Una manzana, ya no es solo eso. Ahora, la fruta del pecado, al igual que el resto de nuestra comida, son juzgados como no lo habían sido nunca antes. Cada bocado que ingerimos es medido en función del impacto que este tendrá en nuestro organismo.
Hasta hace algún tiempo, la gran preocupación eran las calorías; llevar un control sobre el índice calórico se consideraba la regla segura para prevenir la obesidad, así como sus temibles consecuencias. Sin embargo, los tiempos cambian, la ciencia avanza y las preocupaciones por la salud se renuevan.
Actualmente la evidencia científica indica la verdadera preocupación, que es el azúcar presente en los alimentos. De cada alimento se debe evaluar su índice glucémico. Este valor dependerá de la velocidad con la que se convierte en glucosa una vez ingerido. Mientras mayor sea el índice glicémico, más aumentara el nivel de azúcar en la sangre.
El Índice Glucémico: Un nuevo paradigma alimenticio
De acuerdo con esto, podemos discriminar entre alimentos con alto, medio y bajo índice glucémico. Se trata de conocer el índice glucémico de lo que se ingiere, escogiendo sólo aquellos productos convenientes y adecuados para nuestra salud. Valores superiores a 70, equivalen a un índice glucémico alto, entre 50 y 70 sería medio, mientras que por debajo de 50 sería bajo.
En general aquellos alimentos de mayor índice glucémico, se corresponden a comidas procesadas como harinas blancas, azúcares refinados y comida basura. Mientras que los alimentos ricos en fibras suelen encontrarse en el grupo del bajo índice glucémico. De hecho, algunos estudios afirman que la ingesta de alimentos del segundo grupo ayuda a quemar grasas.
Esta nueva visión de los alimentos, cambia la percepción de algunos alimentos, como algunas frutas que poseen un alto índice glucémico, por lo que su consumo debe ser controlado, como por ejemplo el mango.
Sin embargo, no debemos excluir los alimentos con base sólo en esta característica. En algunos momentos, el cuerpo requiere de alimentos de alto índice glucémico para reponer los niveles de azúcar en sangre. Una recomendación común es comer alimentos ricos en glucosa para reponer la energía perdida.
Además, el índice glucémico, por sí sólo, no es un ratio fiable. Algunos alimentos ofrecen beneficios que justifican su ingesta, como la fruta. Encontraremos alimentos pertenecientes al grupo de alto índice glucémico pero que poseen realmente poca carga de azúcar. Estos últimos, dependiendo de la cantidad real de azúcar que aportan, tienen poco impacto en el de azúcar en la sangre.
En todo caso, siempre es aconsejable consultar con un especialista en nutrición para determinar la dieta adecuada para nuestras necesidades. Especialmente en caso de padecer alguna enfermedad o condición específica que requiera de regímenes y dietas especiales.
Beneficios de conocer el índice glucémico de los alimentos
Ser consciente de lo que se está comiendo es siempre beneficioso. Por ejemplo, ingerir alimentos con bajo índice glucémico retarda la liberación de azúcar en la sangre. Esto nos ayuda a mantener niveles de glucosa estables, brindando así energía constante a lo largo del día.
Por otra parte, cuando se es consciente de su presencia en los alimentos, se podrá elegir más efectivamente cada comida. Así, escogeremos alimentos con alto índice para recuperarnos al volver del gimnasio por ejemplo.
El truco consiste en comer alimentos de alto índice por la mañana. Ayudará a evitar la fatiga, recuperarnos de las jornadas extenuantes y contribuirá a mejorar nuestra figura.