¿Te ha dicho tu médico que tienes el colesterol elevado o que tienes sobrepeso? Supongo que después de tu cita con el galeno, decidiste tomar medidas al respecto y comprar todos los alimentos bajos en grasas. A pesar de los esfuerzos que estás haciendo, no has adoptado la resolución más saludable. Diversos estudios sobre nutrición han demostrado que algunos de estos productos lights no son la mejor opción como pensaste para tener una dieta saludable, y por este motivo hacemos este artículo, queremos contarte por qué los alimentos bajos en grasas no son los más saludables.
Alimentos bajos en grasas: la batalla contra los productos light
Desde los años sesenta, se ha declarado la guerra contra las grasas, contra todas ellas, a través de campañas a favor de la ingesta de los alimentos ligeros en detrimento de alimentos que han formado parte de la alimentación tradicional de generaciones.
Aunque se ha conseguido disminuir su consumo, y existen campañas de concienciación en todos los ámbitos y segmentos implicados, las tasas de obesidad, diabetes y eventos cardiovasculares siguen en aumento.
En esta batalla por la dieta saludable que han emprendido colectivos, empresas de alimentación y administraciones, la victoria se ha decantado hacia unos u otros según las confirmaciones científicas de la efectividad o lo perjudicial que era cada una de las dietas.
A día de hoy, las dietas reducidas en grasas, que han sido las más recomendadas desde los años noventa, viven una etapa de declive toda vez que investigaciones posteriores han demostrado que no son efectivas. Es más, algunos apuntan a que consumir determinado tipo de grasas es beneficioso para la salud.

¿Son más sanos los alimentos bajos en grasas?
A tenor de estos estudios, comer solo alimentos bajos en grasas no es la decisión más sana para perder peso o prevenir eventos cardiovasculares. De hecho, algunas no han encontrado evidencias científicas que prueben la relación entre grasas en la dieta y ganar de peso.
Tal es el caso de la investigación sobre el colesterol y su relación con enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama o cáncer colonorectal. Dicho estudio de científicos ingleses, que duró ocho años con más de 49000 mujeres participantes de entre 50 y 79 años, fue el detonante de esta guerra abierta entre los productos y las dietas bajos en grasas, y quienes las rechazan de plano.
El resultado apuntó que a las mujeres a quienes se asignó una dieta baja en grasas, no registró ni pérdida y ni que ganara peso. Tampoco se encontraron evidencias científicas para asociar el consumo de alimentos bajo en grasas con la prevención de las enfermedades anteriormente señaladas.
No todas las grasas son malas
Así, una de las principales conclusiones alcanzadas en la investigación es la importancia del tipo de grasa y la calidad de los alimentos que se consumen. La recomendación de los especialistas pasa por reemplazar las grasas saturadas y trans con aceites vegetales, los cuales han sido demostrados que reducen el riesgo de patologías cardiovasculares y diabetes. Al escoger la calidad (y no la cantidad) de la comida que ingerimos, realmente estamos haciendo un cambio en nuestra salud a largo plazo.
Los productos lights… ligeros en grasas, pero no en azúcares.
En efecto, algunos médicos aseguran haberse topado con casos en los que su paciente llevaba una dieta baja en grasas y que, por el contrario, mostraba altos los niveles de azúcar en sangre.
Observando la alimentación que seguían estos pacientes percibieron que el consumo masivo de alimentos lights o ligeros, podría tener relación. ¿Por qué? Muchos de estos productos aparentemente más sanos se elaboran con menos grasas, sí; pero se sustituyen por carbohidratos, refinados y almidón.
El problema radica en que nuestro organismo digiere los carbohidratos y los almidones rápidamente, aumentando los niveles de azúcar en la sangre y creando picos de insulina. Y aquí es donde nace el peligro de comer solo alimentos bajos en grasas procesados.
La insulina convierte el azúcar sobrante en grasas. Así pues, nos encontramos con un mayor riesgo, ya que, a pesar de no consumirlas, aun así, el organismo las genera. En consecuencia, estos alimentos saludables son responsables de que se gane peso y se incrementen las posibilidades de sufrir enfermedades asociadas con este.
Falsos mitos sobre los alimentos ‘light’

Bajo en calorías no es equivalente a adelgazante
Existe una identificación errónea de que tomar alimentos light significa que automáticamente vas a adelgazar. Aunque el marketing de los productos lo pinte así, en realidad que un producto tenga el apelativo de light implica que tiene al menos un 30% menos de grasa, o un 25% de sal (para otros nutrientes bastará con el 10%), según establece el Reglamento 1924/2006 sobre declaraciones nutricionales y de propiedades en los alimentos.
Alimentos light Vs 0%
Como hemos visto, el producto que es light, tiene una reducción en la grasa (o en el azúcar); por su parte, los productos 0% implican que tienen menos del 0,5% del componente reducido. Un alimento ligero puede ser un 0% siempre que ese nutriente se elimine al menos en el 90% de la cantidad normal que lleva habitualmente o siendo no light.
Tomar alimentos light es lo único bueno y lo más saludable
Consumir este tipo de alimentos bajos en grasa de forma indiscriminada puede ocasionar un desequilibrio nutricional, sobre todo en personas sana. Recuerda que lo ligero tiene nutrientes disminuidos. Aquellas personas que deseen controlas o bien las grasas ingeridas, los azúcares o la sales, pueden incorporarlos, con moderación, en una dieta equilibrada que combine con ejercicio regular.

Consejos para perder peso sin comprometer tu salud
Así las cosas, ¿cómo podemos perder peso sin poner en riesgo la salud? La respuesta nos la ofrecen los nutricionistas en forma de consejos prácticos y comprobados para conseguir perder peso de forma saludable.
- Reemplazar aceites animales por el de canola, maní, maíz y oliva. Aunque siempre es preferiblemente aceite de oliva.
- Evitar alimentos precocinados porque, generalmente, los productores de alimentos los preparan con el tipo de aceites que queremos evitar.
- Disminuir carnes rojas y comer más pescados.
- Dejar de un lado los helados y sustituirlos por frutos secos.
- Evitar comer fritos y rebozados, sobre todo los congelados.
- Evitar galletas y productos con grasas como las margarinas.
- Reducir la bollería e incrementar las frutas.
Si tienes dudas sobre si es aconsejable en tu caso particular incluir alimentos bajos en grasa, consulta con un nutricionista que realice un estudio en profundidad de tu situación actual y la dieta más aconsejable para tu caso.
Referencias
- Healthy Dietary Styles en Harvard School of Public Health: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/healthy-die
- Fats and Cholesterol en Harvard School of Public Health: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/what-should-you-eat/fats-and-cholesterol/
- Low-Fat Diet Not a Cure-All en Harvard School of Public Health: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/low-fat/