¿Hay que olvidarse del pan para adelgazar?

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El pan tiende a ser el primer alimento eliminado cuando iniciamos una dieta de adelgazamiento. Se convierte rápidamente en el enemigo público número uno, siendo un alimento casi prohibido. Sin embargo, esta medida parece del todo infundada, un mito similar a aquel según el cual quien quisiese adelgazar debía dejar de ingerir aceite de oliva y no comer pescado azul.

Los expertos recuerdan que el pan es una óptima fuente de Vitamina B y de minerales como el fósforo, imprescindibles para una dieta saludable. Cuando se trata de adelgazar, no se recomienda su total eliminación, sino su consumo moderado en panes preferiblemente de grano entero.

Es más, expertos y nutricionistas como el profesor Ángel Gil, presidente del XX Congreso de Nutrición celebrado en la Universidad de Granada, recuerdan que un consumo moderado de pan puede llegar a reducir el IMC (índice de masa corporal). Esto es así porque el pan produce un doble efecto. Por una parte, se trata de un alimento básico en la dieta mediterránea muy nutritivo y que sacia rápidamente el apetito. Por otra, el consumo de pan es una fuente única de fibra que ayuda a reducir la carga glucémica.

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En cualquier caso, son aún muy populares las dietas que recomiendan la eliminación total del pan y de los hidratos de carbono, como una estrategia rápida y saludable de perder peso. Todo ello, ha llevado a la reducción de este alimento fundamental en la dieta mediterránea. Que esta medida carece de sentido, lo prueban las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que aconseja consumir entre 275 y 375 gramos de hidratos de carbono al día pues, no olvidemos, que se trata de una sustancia básica en cualquier dieta.

Es más, numerosos estudios han llegado a la conclusión que quienes consumen tres o más porciones de alimentos ricos en cereales de grano entero o integrales (en forma de pan, pasta, arroces, etc…) tienen entre un 20 y 30% menos de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.

olvidarse del pan para adelgazar

La conclusión, llegados a este punto parece clara. 100 gramos de pan aportan cerca de 240 calorías, el 12% de las calorías diarias recomendadas, algo perfectamente compatible con una dieta sana y equilibrada. Así pues, no puede culparse al pan de que «engordamos», sino a todo lo que lo acompaña. Obviamente, comer tres bocatas al día de chistorra y bacon es lógico que te haga engordar, pero si utilizas el pan para acompañar comidas o como una merienda acompañada de pavo o queso curado, puede ser muy saludable. ¡Y mucho menos calórico que la bollería industrial o cualquier dulce!

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En resumidas cuentas, no se deberían eliminar el pan o los hidratos de carbono en general de una dieta, pues son una fuente de nutrientes básicos para el organismo, que son más que esenciales para llevar una vida sana y equilibrada. Se trata, de consumirlos con moderación, olvidándonos del mito de que «el pan engorda», pues las únicas calorías que no engordan son las que no se ingieren.

Referencias

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