¿Hay relación entre dieta e ictus u otras enfermedades cardiovasculares?

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Las enfermedades cardiovasculares son la segunda causa de mortalidad en el mundo, pero desde hace tiempo se vienen aplicado intervenciones dietéticas en el tratamiento de sus factores de riesgo (que incluyen el aumento de los niveles de presión arterial, la obesidad, la diabetes y la dislipidemia) con resultados satisfactorios, lo que podría ayudar a reducir esa cifra. En este artículo te explicamos cuál es la relación entre dieta e ictus y demás enfermedades cardiovasculares.

¿Qué es un ictus?

Un ictus o derrame cerebral se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva oxígeno y nutrientes al cerebro se bloquea por un coágulo o se rompe. Cuando esto sucede, una parte del cerebro no puede obtener la sangre ni el oxígeno que necesita, por lo que tanto él como las células cerebrales mueren.

Los efectos de un derrame cerebral dependen principalmente de la ubicación de la obstrucción o rotura y de la extensión del tejido cerebral afectado. El cerebro es un órgano extremadamente complejo que controla varias funciones del cuerpo. Si se produce un derrame cerebral y el flujo de sangre no puede llegar a la región que controla una función corporal en particular, esa parte del cuerpo no funcionará como debería. Sin embargo, debido a que un lado del cerebro controla el lado opuesto del cuerpo, un derrame cerebral que afecte a un lado dará lugar a complicaciones neurológicas en el lado del cuerpo que afecta.

Existe relación entre dieta e ictus

¿Cuál es la relación entre dieta e ictus exactamente?

El principal factor de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular lo encontramos en la hipertensión arterial alta: varios estudios han demostrado que, cuando esta se controla adecuadamente, se reducen significativamente las tasas de incidencia de esta enfermedad. A pesar de todos los avances logrados en los últimos años, todavía no se ha encontrado una forma más efectiva de prevenir los ictus que reducir la hipertensión arterial. No tener la tensión alta, por tanto, es una prioridad y, en este sentido, el control de la misma tiene un papel destacado.

¿Cómo puede controlarse la hipertensión arterial para que no suba? Como demuestra la investigación científica, la mejor forma es a través de la nutrición. La relación entre dieta e ictus se encuentra en que el consumo de una dieta sana y equilibrada puede ayudar a reducir la presión arterial y el colesterol, que también supone un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. El colesterol es una sustancia grasa que puede ser absorbida por los alimentos. Si hay demasiado colesterol en la sangre, puede hacer que se acumulen depósitos de grasa en las arterias y que se restrinja el flujo sanguíneo, lo que puede derivar en ictus y otras enfermedades cardiovasculares como infartos.

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Los alimentos que más inciden en la relación entre dieta e ictus (y que debes evitar)

En varios estudios epidemiológicos se ha informado la relación entre dieta e ictus por el importante papel que desempeña una mala nutrición en el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, y se ha señalado el potencial que tiene la modificación de la dieta para reducir la hipertensión, el colesterol y, consecuentemente, el riesgo de sufrir un ictus. En este sentido, estos son los principales alimentos que debes eliminar de tu dieta para reducir el riesgo de sufrir un ictus.

Sal

La sal es una sustancia esencial para el hombre y para todo tipo de vida animal. Sin embargo, durante el siglo pasado, el consumo excesivo de sal ha demostrado tener efectos nocivos en la salud. En concreto, se ha demostrado la relación directa entre el consumo excesivo de sal en la dieta y el aumento de la presión arterial. La mayoría de las poblaciones adultas de todo el mundo consumen un promedio diario de más de 6 g por día, lo que supera las cantidades recomendadas por las autoridades sanitarias.

dieta saludable

Una serie de estudios de intervención basados en la población y ensayos clínicos controlados aleatorios han demostrado que cuanto mayor es la ingesta diaria de sodio, mayor es la prevalencia de la hipertensión en las poblacione, pero también que es posible lograr reducciones significativas de la presión arterial con un menor consumo de sal en personas con y sin hipertensión previa.

Grasas

La grasa es una de las variables de la dieta que ejerce una influencia directa en los factores de riesgo cardiovascular. Para el tratamiento de la hipercolesterolemia, la ingesta de grasas deben estar dentro de un límite de 25-35% del total de calorías, divididas en ≤7% de grasas saturadas, ≤10% de grasas poliinsaturadas y ≤20% de grasas monoinsaturadas. Muchos estudios sugieren que la desproporción en el consumo de grasas en la dieta en la dieta puede conducir al desarrollo de enfermedades crónicas. Por otra parte, las recomendaciones globales de los ácidos grasos n-3 para la prevención primaria de las enfermedades coronarias corresponden a la ingesta regular de 2 porciones de pescado por semana..

Sin embargo, aunque los beneficios atribuidos a la ingesta de pescado sobre la mortalidad cardiovascular han sido sugeridos por estudios observacionales, los efectos del consumo de pescados grasos sobre el riesgo de ictus o derrame cerebral todavía generan controversia en el campo científico, por lo que se recomienda no abusar de su ingesta.

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Hidratos de carbono (especialmente azúcares)

Los carbohidratos son la principal fuente de energía del cuerpo y las recomendaciones sanitarias respecto a la cantidad diaria a ingerir viene determinada por factores como la edad y sexo. Las autoridades sanitarias sugieren que cerca de la mitad (45-65%) de las calorías diarias deben provenir de los carbohidratos (almidones, fibra y azúcares). Sin embargo, hay estimaciones que ponen en evidencia de los riesgos que implica en la salud humana el consumo excesivo de carbohidratos, previsiblemente causado por un incremento en el desarrollo de resistencia a la insulina, diabetes, apoplejía y enfermedades cardiovasculares. La relación entre el consumo de azúcares y la salud cardiovascular ha quedado patente desde la última declaración científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA), publicada en 2006, donde se incluye entre las recomendaciones sobre la dieta y el estilo de vida que la reducción de la ingesta de bebidas y alimentos con azúcares añadidos.

Café

El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, y se ha documentado que produce un aumento vascular arterial de la presión sistólica y diastólica y que deteriora la vasodilatación. No está claro si la relación entre el consumo de café y los accidentes cerebrovasculares se debe a los efectos potencialmente desfavorables de la cafeína o a los efectos de los polifenoles, pero en cualquier caso queda patente que aumenta la presión arterial y por ello es mejor consumirlo con moderación.

Cómo mejorar la dieta para reducir el colesterol, la tensión arterial y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares

  • Come más fruta y verduras: son una importante fuente de vitaminas y minerales
  • Come más fibra. Los alimentos ricos en fibra ayudan a reducir la cantidad de colesterol en la sangre. Opte por los cereales integrales, el arroz integral o los granos como el cuscús de trigo integral.
  • Come proteínas saludables. Para reducir la cantidad de grasa saturada que ingieres a través de las proteínas, intenta comer cortes de carne magra y el pollo sin piel. También puedes aumentar la ingesta de pescado (especialmente pescados ricos en omega 3 como la caballa, las sardinas o el salmón) y fuentes vegetarianas o veganas de proteínas como legumbres, quinoa, amaranto, tofu, soja texturizada o tempeh.

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