Con frecuencia lo vemos en los supermercados, lo usamos de manera recurrente para condimentar nuestras comidas y muchos no sabemos que es uno de los vegetales que más beneficios le ofrece a nuestro organismo, nos referimos al ajo.
Parece mentira que un pequeño diente de ajo le ofrezca tantas ventajas al cuerpo, pero ¿qué contiene este tubérculo para que incluso sirva como protector contra algunos tipos de cáncer?
Una de sus características es su alto porcentaje de azufre, además de arginina, oligosacáridos, flavonoides y selenio, que resultan una excelente combinación para la salud, sumado a los antioxidantes, logran evitar que las células tumorales proliferen.
El Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, da a conocer en su portal web diversos estudios donde se confirma la ayuda del ajo para evitar los tumores en el estómago, colon, esófago, páncreas, seno y próstata.
Un ejemplo, es la investigación realizada en mujeres mayores que habitan en la población de Iowa, donde se redujo 50% las probabilidades de padecer de cáncer colon en aquellas damas que comían a diario ajo.
Del mismo modo, en tres análisis clínicos donde se tomaron en cuenta 5 mil hombres y mujeres de China que tenían un alto riesgo de padecer de cáncer de estómago, se les dio durante 5 años un compuesto de selenio y extracto de ajo, mientras que a otros solo un placebo. Pasado el tiempo en los que consumieron el medicamento natural se redujo en 52% las posibilidades de desarrollar celulas cancerígenas.
La mencionada institución aún no ha determinado cuál sería la cantidad idónea para que los efectos protectores de este vegetal se reflejen en el organismo, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud recomienda en los adultos un diente de ajo al día.
El ajo y el corazón
A parte de su función para luchar contra las células que generan el cáncer, el ajo resulta un gran aliado para la salud cardiovascular gracias a su contenido de vitamina B, y a su vez aumenta la hormona Adiponectina que tiene cualidades cardioprotectoras, esto según un estudio llevado a cabo por Investigaciones focal, las universidades de Santander y Complutense de Madrid.
El trabajo fue realizado sobre 47 personas que presentaban síndrome metabólico y al darles por 4 meses un remedio que contenía ajo mostraron mejoras en su calidad de vida, redujeron la hipertensión y mantuvieron los niveles adecuados de colesterol.
Para todos los males
Gracias a su poder para elevar el sistema inmune el ajo ayuda a hacer frente a las infecciones, en especial las intestinales, sumado a que favorece a la digestión.
La lista de las afectaciones que combate es larga, es considerado un excelente antinflamatorio, calma el dolor de oído con solo machacarlo y dejarlo macerar en aceite de oliva y luego con un par de gotitas es suficiente.
Para controlar la diabetes también resulta positivo, ya que, al mejorar el sistema circulatorio, bajar el colesterol, triglicéridos y ayudar a bajar de peso, sumado a una dieta balanceada, mantiene los niveles de insulina y coloca a raya las complicaciones generadas por esta enfermedad.
Una de las propiedades que primero se dio a conocer sobre el ajo es las que ejerce sobre la piel, al ser bactericida actúa contra las picaduras de insectos, hongos en las uñas, manos y pies, y mejora las quemaduras en el proceso de cicatrización. Previene las infecciones por el acné, en el caso de las verrugas se le coloca una cataplasma por varios días y se quitan y con un poco de aceite de oliva elimina la sarna.
¿Hay alguna contraindicación?
Hemos visto que el ajo es bueno para muchas patologías, pero como todo, si se exagera en su consumo podría traer efectos secundarios, como por ejemplo aliento y olores corporales fuertes, en ocasiones produce alergias, puede causar irritación gástrica, náuseas y vómitos.
La web del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, refiere que hay estudios que demuestran que interfiere en la acción de medicamentos como el saquinavir utilizado para el tratamiento del VIH y por último al ponerlo en contacto con la piel hay que tener cuidado el tiempo, ya que puede producir quemaduras químicas o dermatitis por contacto.
Así que recuerda que puedes tomar un diente pequeño de ajo al día o tres veces por semana, también al cocinar colócalo crudo en tus comidas para conservar sus propiedades.