Comprender el papel del triptófano puede abrir nuevas posibilidades para el manejo de los problemas del estado de ánimo y la cognición. Es muy posible que una dieta alta en triptófano no sólo ayude a prevenir los trastornos del estado de ánimo y tenga un efecto positivo en el humor, la memoria, el nivel de energía y el procesamiento emocional. En este artículo te explicamos las razones.
¿Qué es el triptófano y cómo nos afecta?
El triptófano es uno de los aminoácidos esenciales que no puede producir que necesitamos pero que nuestro cuerpo no puede producir. Por ello, debemos incorporarlo a nuestro organismo a través de productos alimenticios ricos en proteínas o suplementos.
El triptófano es necesario tanto para los procesos anabólicos como para la producción de varias hormonas. El triptófano es un precursor químico para la síntesis del neurotransmisor serotonina. Esto significa que la cantidad de serotonina producida en nuestro cuerpo depende de la ingesta de triptófano en la dieta. Dado que la serotonina está relacionada con la regulación del estado de ánimo, es muy posible que los déficits de triptófano tengan un efecto negativo en nuestro estado de ánimo.
Su importancia en la producción de serotonina
La deficiencia de monoaminas, como la dopamina, la epinefrina y la serotonina, es la teoría más aceptada para explicar los trastornos del estado de ánimo. Entre estos neuromediadores, la deficiencia de serotonina se considera la más significativa en relación con la ansiedad y la depresión. Su deficiencia desempeña un papel vital en las personas propensas a los cambios de humor.
De este modo, el consumo de triptófano puede ser útil en trastornos como la ansiedad o la depresión, y de hecho algunos estudios indican que un mayor consumo de triptófano puede mejorar las interacciones sociales al mejorar el estado de ánimo y disminuir la agresividad y el comportamiento dominante.

Su influencia en la regulación del estado de ánimo
Para comprender el papel de la serotonina, y más específicamente del triptófano, se han realizado recientemente muchos estudios acerca de qué ocurre cuando disminuyen los niveles de triptófano. En un sencillo estudio cruzado, se estudió a 25 adultos sanos para detectar cambios de humor como la ansiedad y la depresión después de consumir una dieta alta o baja en triptófano durante cuatro días.
El consumo de triptófano parece afectar el estado de ánimo incluso en un intervalo tan corto. El estudio demostró que los que seguían una dieta alta en triptófano tenían un estado de ánimo mucho mejor en comparación con los que seguían una dieta baja, aunque los efectos negativos de una dieta baja en triptófano eran menos pronunciados. Si un análisis tan rápido y directo puede mostrar la diferencia, es totalmente posible que el bajo consumo o agotamiento de triptófano a largo plazo pueda tener consecuencias mucho más graves para la salud mental.
Los efectos del triptófano en el intestino, nuestro «otro» cerebro
Nuestro sistema digestivo, en concreto el intestino grueso, no solo nos ayuda a nutrirnos, sino que también está involucrado en la señalización neuro-hormonal, a través de la cual puede tener un impacto en el funcionamiento del cerebro. Recientemente, la influencia de la salud intestinal en el cerebro ha sido objeto de muchos estudios.
El intestino tiene más células nerviosas que nuestra columna vertebral, y produce muchas hormonas que tienen varias implicaciones para la salud. Además, ahora se entiende bien que la relación neuronal entre el intestino y el cerebro es de doble cara, y hay más fibras nerviosas que envían información del intestino al cerebro que del cerebro al intestino.
Por lo tanto, debido al efecto de los nervios, las hormonas y otros compuestos neurológicamente activos, el intestino desempeña un papel destacado en el bienestar mental. Incluso pequeños cambios en el intestino podrían afectar directamente a nuestro comportamiento. La microbiota intestinal y su relación con el estado de ánimo también ha recibido mucha atención en el ámbito científico en los últimos años.
La absorción del triptófano en el intestino y la producción de serotonina
Cuando se trata del triptófano, el sistema digestivo no sólo está involucrado en su absorción o metabolismo, sino que también afecta a la producción de la serotonina. Por este motivo, el bajo consumo en la dieta podría ser uno de los elementos que conducen a condiciones crónicas como la depresión y la ansiedad. Las enfermedades intestinales como el síndrome del intestino irritable que alteran el metabolismo del triptófano y alteran los niveles de serotonina también pueden modificar nuestro comportamiento y sentimientos.
Por ello, consumir más triptófano -ya sea aumentando la ingesta de alimentos que lo contienen, como los huevos, o a través de suplementos dietéticos- puede ser una buena forma de ayudar a quienes padecen trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión, en combinación con otra serie de hábitos saludables como la práctica de deporte, la higiene del sueño y la buena alimentación.
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