Desde siempre se ha dicho que el desayuno es la comida más importante de todas. Por lo visto comentan que si desayunas tendrás felicidad para todo el día, serás más enérgico y estarás más contento. Desayunar permite que le metabolismo comience a trabajar de la mejor manera, aportando al cuerpo la cantidad de energía que necesita que otorgan los hidratos de carbono.
Lo que se piensa sobre el desayuno
Todas las personas que tienen éxito y que son felices es porque desayunan, y por lo tanto, se concluye que el desayuno es fundamental para triunfar. Esto se basa en planteamientos lógicos de anécdotas. Porque si no has comido durante toda la noche, el cuerpo siente hambre y requerirá alimentos. Por lo que si el día se comienza ingiriendo grandes cantidades de comida, el metabolismo comenzará a trabajar, se dispone para el resto del día y se puede quemar todo lo que se ingiera durante las horas próximas. Así, el cerebro trabaja mejor con hidratos, un desayuno alto en carbohidratos y bajo en grasa permitirá un desarrollo de la inteligencia mayor y permitirá trabajar mejor durante las clases o el trabajo.
Lo que ocurre de verdad
El cuerpo comienza a funcionar como una máquina potente todos los días, quema grasa y gana músculo de manera sincronizada.
Al amanecer, los niveles de cortisol suben naturalmente durante la noche, llegando a un punto exacto mas o menos cuando despertamos. Un error muy usual es el de pensar que el cortisol, como es catabólico y por la mañana aún no se ha ingerido comida, el cuerpo empieza a destruir masa muscular. Esto no es así, cuando el cortisol funciona sin que los niveles de azúcar sean altos, este produce una lipólisis, por lo que a principios de la mañana, el cortisol acelera la quema de grasas.
Por otra parte, la hormona principal que controla el apetito es la ghrelina, esta expulsa paulatinamene durante la noche y llega a su punto más alto al despertarnos. Esto induce a tener hambre, pero la ghrelina también promueve la liberación de la hormona del crecimiento y, conforme esto sucede, la hormona del crecimiento sube, el cuerpo expulsa más grasa aún para poder controlar los niveles de energía, reduciendo la destrucción de proteína que el cuerpo usa como combustible.
Así pues, el hambre no es algo que deba evitarse siempre. El hecho de no hacer el desayuno hace más simple modificar algunos elementos del metabolismo, como puede ser que el cuerpo, durante lo que queda del día, quema grasa en vez de almacenarla. Puede suceder que el hecho de no desayunar lleva a una catársis, pero es cierto que no, al menos hasta la actualidad, no ha sucedido ninguna tragedia porque alguien no desayune como rutina.