¿Buscas la manera de llegar a la autofagia con ayuno intermitente? Son muchas las personas que se plantean cada día cómo mejorar su salud, fortalecerla y sentir su organismo sano ante cualquier amenaza externa, pero la manera de conseguirlo es muy variada. Centrarse en la alimentación es una de ellas: es más, el ayuno cada vez se está haciendo más popular debido a sus beneficios. Pero, ¿hasta qué punto puede ayudarnos a sentirnos mejor? Te lo contamos todo en este artículo.
¿Qué es la autofagia?
Si quieres llegar a la autofagia con ayuno intermitente, en primer lugar debes entender adecuadamente el significado de este concepto. Se trata de un mecanismo natural que tiene lugar en nuestro cuerpo, mediante el que las células degradan y reciclan sus propios componentes. Este hecho proporciona energía a nuestro organismo y elimina todas aquellas proteínas que ya no le favorecen. Asimismo, permite a las personas hacerse más fuertes ante virus y enfermedades. En definitiva, se trata de un proceso de limpieza celular, en el que el cuerpo no expulsa lo que ya no necesita, sino que se lo «come» (de ahí su nombre).
¿En qué consiste el ayuno intermitente?
Por otro lado, el ayuno intermitente consiste en seguir una alimentación durante periodos determinados de tiempo mientras que en otros se ayuna. A día de hoy se sigue este método para perder peso o mantener la línea, y mejorar el estado de salud, sea cual sea en ese momento. Por ejemplo, el ayuno favorece la corrección de la diabetes tipo 2.
El ayuno intermitente solo pueden llevarlo a cabo aquellas personas que tengan un peso normal o superior al recomendable con el fin de que tengan la suficiente grasa almacenada para poder vivir de ella cuando sea necesario. De este modo, si se sigue de una forma correcta no debe causar ningún tipo de sufrimiento, y mucho menos ningún riesgo vital.

Autofagia y ayuno intermitente
Teniendo en cuenta que ya conocemos los dos conceptos, en este apartado nos centraremos en la unión de ambos. En primer lugar, cabe destacar que el ayuno va mucho más allá de la autofagia, ya que también está relacionado con la estimulación de la hormona del crecimiento. Esto provoca que algunas partes del cuerpo se renueven.
Como en toda situación, si queremos promover el nacimiento de cosas nuevas, tenemos que dejar las viejas atrás. De este modo, no solo el proceso de producción es importante, sino también el de eliminación.
¿Cómo funciona el proceso de la autofagia y del ayuno?
La proteína metabólica llamada mTOR tiene una vinculación muy importante con el desarrollo de la energía. Es anabólica, lo que significa que produce la síntesis de moléculas a partir de otras más simples. La principal consecuencia de lo anterior es el gran consumo de energía por parte de nuestro cuerpo. Asimismo, existe también la vía conocida como AMP-K. Se trata de una proteína que guarda una estrecha relación con el ahorro de energía. Esta se caracteriza por ser catabólica, es decir, provoca la degradación de nutrientes orgánicos a la vez que los transforma en productos finales simples y también de mayor utilidad.
Si nuestro objetivo es que nuestro organismo funcione de una forma sana, es importante conseguir el equilibrio entre las dos proteínas que acabamos de describir. La mTOR se activa cuando comemos cualquier tipo de alimento, sobre todo si estos poseen hidratos de carbono. Ahora, la AMP-K comienza a trabajar tras un periodo de ayuno, lo que da lugar a la autofagia y a que se eliminen los orgánulos en mal estado. De esta forma, el cuerpo, a través del ayuno, analiza que algo no está funcionando correctamente y quema de forma más rápida las energías almacenadas.
Por supuesto, los expertos no se cansan de decir que es muy importante cuidar el equilibrio entre la ingesta y la escasez de alimento para no correr ningún riesgo, ya que forzar este proceso puede ser realmente peligroso.
Tipos de ayuno intermitente
Si queremos llegar a la autofagia con ayuno intermitente, tenemos varias formas de hacerlo. A continuación te explicamos las más destacadas.
Ayuno 16/8
Es el método más simple y por el que se recomienda empezar. Consiste en 16 horas de ayuno y 8 de alimentación. Teniendo en cuenta que pasamos, normalmente, 8 horas durmiendo, tan solo tenemos que retrasar la primera comida del día unas horas para conseguir llevarlo a cabo.
Método 20/4
En este método solo dispondríamos de cuatro horas al día para poder comer. Si optamos por esta opción, solo deberíamos hacer una comida al día, o como mucho dos.
Ayuno en días alternos
El ayuno en días alternos es algo más extremo pero, si nos lo tomamos en serio y tenemos claro lo que queremos conseguir, no tenemos por qué llegar a pasar hambre. Solo debemos habituar al cuerpo a una nueva rutina para que no necesite comer de forma tan seguida.
Método 12/12
Este método es tan sencillo como dejar 12 horas entre comidas. Por ejemplo, una buena opción sería no comer nada desde las ocho de la tarde hasta las ocho de la mañana.