Desde hace décadas los alimentos transgénicos han causado polémica en el mundo, hay quienes se oponen a su consumo por considerarlos nocivos para a salud, mientras que otros apoyan su creación, alegando que contienen mayor cantidad de nutrientes. Pero, ¿quién tiene la razón?, ¿debemos o no llevarlos a la mesa?.
Lo primero que debemos aclarar es que estos alimentos son aquellos que han sido modificados genéticamente con el objetivo de obtener características especiales tales como: poder resistir plagas, aguantar las épocas de sequías, ser inmunes a los herbicidas, que sean más nutritivos y que se cultiven rápidamente, entre otros.
En la actualidad existen cultivos que son mayormente usados por la biotecnología para ser transgénicos, tal es el caso del algodón, maíz y la soja, así como las manzanas, papayas, papas y las calabazas.
Los contra de los transgénicos
Hay organizaciones como Green Peace que se oponen completamente a estos alimentos, alegando que existe un monopolio mundial relacionado a la venta de semillas de transgénicos que perjudica a los agricultores, a su vez quienes trabajan la tierra no los cultivan por lo que no obtienen ingresos y que para su siembra es usado mucho fertilizante lo que contribuye al cambio climático.
A su vez, el organismo publicó un informe relacionado a los fracasos de estos cultivos tras 20 años de pruebas, en el mismo destacan que la industria de los transgénicos solo ocupan el 3% de la superficie agraria mundial y solo cinco países concentran el 90% de la producción, además de tener un impacto negativo en la biodiversidad y de no estar aprobado científicamente sus beneficios para la salud.
Los pros de los transgénicos
Por su parte el grupo Green Facts, en unos de sus ensayos deja claro que estos alimentos han sido monitoreados por el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC) y que hasta la fecha ninguna persona ha presentado consecuencias negativas en su salud derivados de su consumo.
En lo que se refiere a los alérgenos y toxinas, no se descartan que puedan estar presentes en éstos, al igual que en los alimentos tradicionales, que en algunos casos causan reacciones alérgicas en las personas, es por ello que hoy en día se sigue con detenimiento los procesos de la biotecnología al manipularlos.
Para reforzar la confianza en los transgénicos la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) tienen protocolos establecidos para evaluar estos cultivos y compararlos con los convencionales de manera metódica y así garantizar su seguridad.
El gran estudio
La Red de Especialistas en Agricultura informó al mundo que desde 2015 se está llevando a cabo un mega estudio que culminará en 2018, en el que se invertirán 25 millones de dólares para que todos los gobiernos del planeta sepan que tan seguros son los cultivos transgénicos.
Dicha investigación se desarrolla en Europa Occidental y Rusia y en el mismo se usaran más de 6 mil ratas, éstas serán alimentadas con una dieta basada en alimentos transgénicos y serán evaluadas en tres grupos: toxicidad, carcinogenicidad y multigeneracional, lo que dará como resultado saber si éstos favorecen al desarrollo del cáncer, son tóxicos y si repercuten en la fertilidad.
Mientras esto sucede hay países que han promulgado leyes para el etiquetado de estos productos, a la par de que otros las niegan, ¿bueno o malos?, aún estamos a la espera de saberlo, pero lo cierto es que a diaria podemos estar consumiéndolos sin saberlo.
Referencias