Ejercitarse es algo que hacemos con mucha frecuencia, pero ¿lo estás haciendo correctamente? Aunque tú hagas bien los ejercicios, existen ciertos factores que afectan a tu entrenamiento y que pueden tirar por la borda todo el trabajo realizado. En nuestro artículo de hoy te invitamos a conocer cuáles son esos factores clave en los que tienes que poner especial atención para ver los frutos de tu esfuerzo.
Factores que afectan a tu entrenamiento
Algunos de los factores de nuestra lista son externos y quizá ya los tengas asumidos y te preguntes cómo van a afectar a tu entrenamiento, si parece que lo llevas muy bien. Sobre otros, puedes tener un control total, como el caso de la alimentación o la hidratación. Pero todos y cada uno de los factores que te presentamos sí afectan tu manera de ejercitarte y quizá, podrían afectar los resultados que tanto buscas. Algunos, incluso, podrían generarte lesiones. Toma nota y trata de luchar contra ellos tomando tus precauciones.
La temperatura
El tipo de clima es uno de los principales factores que afectan a tu entrenamiento. Resulta muy difícil encontrar una temperatura adecuada para ejercitarse, pero no es imposible. Lo que puede complicarse es que logres compatibilizar los horarios ideales para entrenar con tus actividades diarias como el trabajo o el hogar. Por ejemplo, en verano es recomendable salir a hacer ejercicio a primera hora de la mañana o por la noche, cuando el sol se ha puesto. Las altas temperaturas que se registran durante los meses de julio y agosto pueden afectar nuestro rendimiento al entrenar; no es lo mismo salir a correr, a las 7 de la mañana cuando el sol no ha salido, que a las 2 de la tarde cuando el sol se encuentra en uno de sus puntos más álgidos.

En los meses de invierno ocurre lo contrario. Salir a entrenar, en caso de que hagas entrenamiento al aire libre, no es muy recomendable ni a primera hora de la mañana ni por la noche; es mejor practicar deporte cuando aún hay algunos rayos de sol que puedan calentarte. Por ejemplo, a las 10 de la mañana o a las 4 de la tarde; estas son franjas horarias donde la temperatura, aunque fría, no es extrema.
Vestimenta inapropiada
En consonancia con el apartado anterior, la vestimenta es uno de los factores que afectan a tu entrenamiento si no se usa la ropa adecuada para la temporada en la que te ejercites. Para el verano no es tan difícil escoger un atuendo que le permita al cuerpo moverse con facilidad, lo que debes encontrar es ropa que se preocupe por la transpiración, algo que, sin duda, ocurrirá mucho a altas temperaturas. Sudar es algo inevitable y resulta molesto si, en medio de la rutina tienes la ropa mojada y aún te quedan bastantes ejercicios o tiempo por delante. ¿La solución? Además de escoger ropa transpirable, llevar contigo una pequeña toalla para limpiarte el sudor.
En los meses de invierno podría resultar más fácil. Ropa que abrigue contra el frío. Sí, pero no cualquier tipo de ropa y también debes de conocer muy bien cuáles son las condiciones climáticas del lugar. No es lo mismo el tipo de ropa que debes usar en regiones donde, además de hacer frío, llueve o nieva a la vestimenta para el frío seco. Para el clima seco basta con ponerse ropa que mantenga al cuerpo caliente; acompañar el atuendo con un pasamontañas y guantes transpirables que mantengan tus manos secas y calentitas. Para el clima con lluvia, es importante escoger ropa impermeable y añadir una chaqueta con capucha, en caso de que llueva mientras estás haciendo tu rutina.
No olvides escoger, dependiendo de las temperaturas del lugar, ropa térmica y transpirable.

Calzado inadecuado
¿Cuántas veces no hemos caído en el error de comprar unas zapatillas deportivas porque nos gusten y no porque de verdad nos sirvan? Quizá, por un pequeño error, compres unas que son para entrenamiento de interior o practicar deportes como el baloncesto y no unas con tracción para correr. Estos errores suelen ocurrir, generalmente, si eres novato. Tal vez seas de los que en verano practica deportes de exterior y en invierno cambias de ejercicio a uno que te evite las bajas temperaturas y no mudes también de deportivas.
El calzado es fundamental para poder rendir correctamente en los entrenamientos. Lo más importante, además de que sean adecuados para el ejercicio que estés practicando, es que sean transpirables, que mantengan seco al pie. También debes vigilar que sean robustos, en caso de que tengas una pisada muy fuerte y que reduzcan el impacto. No es lo mismo, por ejemplo, correr en un terreno liso que en un descampado y con el suelo irregular. Aquí, de no usar las deportivas que se ajusten a las necesidades del terreno, puedes lesionarte, para empezar, la rodilla. Una vez que esta se lesiona y si no se trata adecuadamente, es posible que no puedas volver a entrenar al ritmo de siempre.
Hidratación insuficiente
Estás entrenando y crees que no necesitas agua porque no tienes sed o estás en lo mejor de tu rutina como para detenerte, unos minutos, a beber. Es un error común y uno de los factores que afectan a tu entrenamiento. La hidratación es algo que debes vigilar, particularmente en los meses de calor. Pero, ¿por qué es importante mantenerse hidratado? Cuando hacemos deporte, perdemos agua a través del sudor, de ahí la importancia de beber antes, durante y después de la actividad física y redoblar esfuerzos si el ejercicio se practica a altas temperaturas. ¿Sabías que después de correr una hora, a un ritmo constante, tu cuerpo pierde alrededor de 1,8 litros de agua?
El agua que tu cuerpo pierde con el ejercicio y que debes de recuperar (recuerda que el cuerpo humano está formado por más de un 60% de líquido) no entra dentro de los 2 litros de agua al día que, por lo menos, debes consumir. Durante los meses de altas temperaturas, si no vigilas la hidratación, puedes sufrir un golpe de calor, además, por supuesto, de ver tu rendimiento afectado.
Mala alimentación
La alimentación, como no podía ser de otra forma, es fundamental para el buen rendimiento del deportista. No entramos aquí a la dieta que sigas para bajar de peso o ganar músculo, si es tu caso. Hablamos de una alimentación adecuada para poder tener la energía suficiente para rendir en un entrenamiento. ¿A cuánta gente no le sucede que, no desayuna, se ejercita mucho y tiene que parar porque se marea? La solución, y que se ve con frecuencia en los gimnasios, es darle una bebida con azúcar (cola, generalmente) a la persona. Esta bajada de azúcar no ocurre si te alimentas adecuadamente.
Pero no solo debes de comer bien antes de entrenar, también se aconseja tener una comida casi inmediata, incluso antes de irse a la ducha, para recuperar las energías. Si, por ejemplo, vas a entrenar a media tarde, es bueno tomar una merienda antes del ejercicio y cenar después de él. Depende, claro está, de los objetivos que quieras conseguir, pero, para cuestiones de rendimiento, es importante comer.

Descanso y recuperación
Sin duda, uno de los factores que afectan a tu entrenamiento es la falta de descanso. Empezamos por las horas de sueño. Que una o dos veces por semana no duermas lo suficiente no va a afectar mucho a tu rendimiento, el problema es cuando esto se vuelve un hábito. Cuando no duermes el mínimo de horas recomendadas, aumentan los niveles de estrés, la recuperación muscular no es la adecuada y el estado de ánimo es, en general, malo. Quizá es por falta de organización, o demasiado trabajo o tal vez las tareas de la casa te impiden dormir lo suficiente. Es por eso que es muy importante planificar no solo tu día a día, sino también, tus horas de entrenamiento.
Pero eso no es todo, también debes de permitir que el músculo se recupere. De ahí que el entrenamiento físico no deba realizarse todos los días o, al menos, no todos los días con la misma intensidad. Por eso también es importante que, después de la actividad física, realices una comida. Cuando terminas de entrenar, tu cuerpo entra en proceso de recuperación y regeneración de los tejidos musculares, los tendones y los ligamentos, por eso debes devolverle lo que ha perdido con la actividad. Y permitir que entre en reposo. Así, el siguiente día que te ejercites, tu organismo estará recuperado y listo para otra nueva sesión de entrenamiento.