El dopaje es algo que ha existido siempre, o al menos desde que el deporte se ha convertido en una fuenta inagotable de ingresos para sus practicantes.
Tenemos ejemplos muy conocidos sobre ciclistas que han utilizado el dopaje químico para conseguir sus metas, como Lance Amstrong y sus siete Tours de Francia.
Ahora con las nueva tecnologias hay otro dopaje que está invadiendo (o al menos eso parece) poco a poco el ciclismo, estoy hablando del dopaje mecánico.
Algunos precedentes que levantaron sospecha
En la Paris-Roux del año 2010, Fabian Cancellara hace una tremenda escapada frente a su rival y los medios de comunicación empiezan a mencionar el dopaje mecánico como algo que ha utilizado Cancellara en su bicicleta, ya que parece un ataque muy poco natural.
Otro señalado fue Ryder Hesjedal, que tras una caida en la Vuelta de 2014 se pudo ver como la rueda trasera de su bicicleta giraba con potencia, nuevamente los medios de comunicación utilizaron la palabra dopaje mecánico para referirse a este suceso. Pero, ¿realmente tenían un motor en su bicicleta? De momento no se ha podido demostrar.
El dopaje mecánico confirmado
Hay un caso que si que ha quedado demostrado y es el que afecta a la joven Femke van Den Driessche. Durante el mundial de Ciclocross de comienzos de este año la joven originaria de Bélgica fue descalificada por encontrar en su box un bicicleta modficada con un motor en el cuadro, aunque según ella nunca fue utilizada en competición.
Femke van Den Driessche acabó renunciando a este deporte de manera profesional y en una entrevista afirmó que se retiraba de este deporte ya que no podría ser absuelta porque se encontraron esas piezas en la bicicleta de su box.
Este es por hoy el primer caso confirmado de dopaje mecánico, aunque podría no ser el único