Mejora tu rendimiento y aprende a hacer ejercicio sin música

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Seguramente seas una de las tantas personas que no conciben salir a correr o ir al gym sin su música favorita. Parece que nuestro cuerpo encuentra ese punto de motivación y energía que nos permite seguir haciendo ejercicio. Hasta tal punto que con el tiempo, muchos deportistas no son capaces de hacer ejercicio sin música.

Y es que hay que reconocer, que ciertas disciplinas, a no ser que vayas acompañado, pueden hacerse algo aburridas. Largas sesiones de running, etapas largas de bicicleta o incluso tus sesiones más largas en el gimnasio requieren de un esfuerzo, en ocasiones monumental.

La música nos transporta a un estado en el que no somos tan conscientes del esfuerzo o la fatiga que nuestro cuerpo acumula. Algo similar ocurre, cuando contamos con un buen compañero o equipo con el que entrenar. El realizar actividad con gente e interactuar con los demás, conseguimos hacer más amenas nuestras sesiones.

Sin embargo, aunque no lo creas, hay ciertos momentos, entrenamientos o sesiones, que pueden potenciar mucho tu rendimiento si prescindes de estos estímulos externos. Sí, puede resultar algo difícil olvidarnos de nuestros cascos, pero merece la pena.

Deja los auriculares y sal hacer ejercicio sin música

Escucha tu cuerpo

Así es, en ocasiones nos dejamos llevar por nuestra música, pues no tenemos la intención de hacer ejercicio sin música, y en función de esta somos más o menos enérgicos. Por ello, debes conocer cual es el comportamiento de tu cuerpo sin ese estímulo. Aunque no lo creas no consigue que nos concentremos en el ejercicio.

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Salir a correr sin música te permitirá concentrarte en tus pulsaciones, en tu rendimiento y mantener un ritmo mucho más natural. Sin duda conseguiremos encontrar cual es nuestro estado de forma real. Además nos permitirá observar mejor nuestra técnica y conseguir modificar ciertos errores.

Te mantiene más alerta

Eliminar de nuestros oídos los auriculares, nos permite estar alerta de muchos factores que no tenemos en cuenta cuando escuchamos música. Nos permite ganar seguridad en nuestras pisadas, pedaladas o levantamientos, y sobre todo en concentración.

Ya no es solo que nos mantenga alerta, sino que permite que nuestro cuerpo y mente entren en un estado de concentración y nuestro rendimiento sea mayor. El único sonido de nuestro cuerpo puede ser tu mejor compañía.

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Disfruta el sonido de tus zancadas

No solo en tu música encontraras una melodía. Si aún no lo has probado, salir a correr en silencio te permitirá escuchar cada uno de tus pasos. Así, una vez encuentres tu ritmo, la consecución de zancadas te atrapará en un sonido natural y lo más importante, real a tu esfuerzo.

Desconecta de todo

La mayoría de nosotros, encontramos en la música una forma de desconectar con la rutina diaria. Motivo por el cual es en muchas ocasiones es nuestro compañero de entrenamientos. Sin embargo, solemos prestarle más atención a la música que al ejercicio en sí. En otras ocasiones conectamos con recuerdos o nuevos proyectos, por lo que puede que no terminemos de desconectar.

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Deberías probar a salir a correr o ir a entrenar sin música. Concéntrate en el ejercicio que realizas, y busca escuchar a tu cuerpo y esfuérzate al máximo. Podemos asegurarte que centrándote en tu actividad, una vez que termines el entrenamiento te sentirás mucho más motivado y relajado.

Puede que cueste, pero merece la pena

Es posible que tengamos muy instalado en nuestra rutina los auriculares o la música, hasta tal punto que nos parezca muy complicado prescindir de ella. Más cuando venimos haciéndolo de manera asidua en nuestra vida, pero todo es acostumbrarse.

No quiere decir que elimines la música de todos tus entrenamientos, pero sí que aprendas a realizar algunos de ellos con todos tus sentidos sobre el ejercicio. Por ello, puede que sea más fácil que comiences por compartir tus jornadas con compañía. Así, podréis ir intercalando conversación y concentración en el ejercicio. Poco a poco conseguirás encontrar esas sesiones de puro entrenamiento.

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