Alrededor del mundo se practican centenares de deportes, algunos muy conocidos y otros menos, pero hay quienes se cuestionan -y con razón- por qué algunos de ellos se incluyen en esta categoría si tienen poco o nada que ver con el esfuerzo o la habilidad física. Aquí os mostramos los que, a nuestro criterio, son los principales deportes que no deberían ser considerados como tal.
¿Qué entendemos por deporte?
El primer paso a la hora de determinar los deportes que no deberían ser considerados como tal es establecer qué criterio seguimos para establecer qué se considera deporte y qué no. La Real Academia Española define el deporte como una «actividad física ejercida como competición cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas«.
A nuestro entender, según esta definición, las características que debe tener cualquier disciplina para ser considerada deporte son:
- Una actividad humana que implica habilidad y esfuerzo físico.
- Regida por un conjunto de reglas
- Emprendida de manera competitiva y en la que se puede lograr un resultado objetivo.
De esta forma, se puede diferenciar el deporte de los juegos (que tienen reglas y pueden dar lugar a campeonatos, pero no requieren esfuerzo físico) y de otras actividades en las que el componente humano no es clave -«deportes» de motor o con animales- o en las que no se compite contra nadie -como los mal llamados «deportes» de riesgo-
Estos son los principales deportes que no deberían ser considerados como tal
Golf, uno de los deportes que no deberían ser considerados como tal por antonomasia
Este «deporte» consiste esencialmente un paseo tranquilo a través del campo y una excusa para charlar mientras se llevan pantalones extraños. No es de extrañar que la mayoría de la gente empiece a jugar al golf cuando es demasiado vieja y decrépita como para practicar un deporte de verdad. Sí, no vamos a negar que el golf requiere técnica y práctica, y que se organizan torneos mundiales, pero seamos serios: el mayor riesgo físico al que se enfrenta un golfista es caer en un arenal o en un charco, pero el esfuerzo y el entrenamiento físico brillan por su ausencia en esta disciplina.
A excepción quizás del sumo, cualquier deporte en el que se puede engordar mientras se participa en él sin que eso afecte al rendimiento y al esfuerzo no debería llamarse, por definición, deporte. Y para muestra, un botón: en la foto puedes ver a Shane Lowrey, jugador de golf profesional que compite tanto en el circuito de golf de Estados Unidos como en el de Europa.

Bolos
Los bolos cumplen con el criterio de estar sujetos a reglas y de ser susceptibles de competición, pero es uno de esos deportes que no deberían ser considerados como tal porque el esfuerzo físico que se realiza es mínimo. Cualquier juego en el que ruede una pelota pesada a menos de 5 km/h no puede ser clasificado como un deporte. Además, cuando tienes que incluir malas animaciones o cambiar los nombres de los marcadores para animar las cosas, entonces realmente no vale la pena.

Billar
Esta es fácil: si un presunto deporte permite beber cerveza como alternativa legítima al agua mientras se practica, no puede quejarse por aparecer en esta lista. El billar exige técnica y práctica, pero no requiere tener una buena forma física ni una disciplina de entrenamiento determinada para poder brillar. Además, cuando retransmiten los campeonatos mundiales por la tele en el canal de deportes, queda perfectamente claro: allí nadie suda, no hay esfuerzo.

Equitación
La equitación sí que supone es un esfuerzo físico intenso y agotador… para el caballo. Todo lo que tiene que hacer el jinete es guiar a su caballo; y, aunque para poder montar se requiere cierta agilidad y buena forma física, no podemos calificarlo como deporte porque no es una actividad física humana. Por muy bueno que sea el jinete y por atlético y cuidado que esté su cuerpo, si el caballo no es bueno, está todo perdido: el componente humano es importante para la victoria, pero no es un factor decisivo.
Además, vestirse con un sombrerito, botas altas, blazer y leggins no agrega garbo ni estilo al asunto, sino que refuerza el hecho de que no estás haciendo nada.

Ajedrez, el más cuestionado de los deportes que no deberían ser considerados como tal
En el ajedrez, el único movimiento físico real es el de las piezas. Lo importante es qué movimiento realizas, pero no el movimiento en sí. No entrenas el movimiento de las piezas para mejorar. No necesitas una disciplina de entrenamiento. El ajedrez, simplemente, es otro de esos deportes que no deberían ser considerados como tal porque no requieren de ninguna habilidad física. Es un juego de mesa tremendamente exigente y complicado; pero, con práctica, a nivel físico cualquiera puede jugarlo.
El contra-argumento favorito de los jugadores de ajedrez que jugarlo durante varias horas es físicamente agotador por el esfuerzo mental que requiere, y por ello los mejores jugadores de ajedrez están en buena forma. Y este argumento lo compramos, pero está incompleto: aunque requiere cierto esfuerzo físico, no se necesita ninguna habilidad física.

Fórmula 1 y Moto GP
Al igual que ocurría con la equitación, los mal llamados «deportes» de motor no deberían serlo, ya que la máquina es mucho más importante que el deportista. El éxito en las carreras no está determinado por lo talentosos que sean los pilotos, sino por la fiabilidad de sus vehículos. Y a las pruebas nos remitimos: la gente sigue diciendo que Frenando Alonso es el mejor piloto del mundo, pero rara vez termina un Gran Premio por encima del 5º lugar «porque otros tienen mejores coches». Esto significa que la F1 no es un deporte de carreras, sino una competición de fabricación de coches en la que se utilizan pilotos humanos.
Otro tanto ocurre con el motociclismo: por mucho que en esta casa seamos fans incondicionales de Marc Márquez, es indiscutible que en el resultado pesa más la habilidad de los ingenieros y las mejoras que introducen en las motos que el factor humano. El día que se les de a todos los corredores el mismo coche o la misma moto y el pilotaje sea el único factor diferencial, tal vez podremos sacarlos de esta lista.

«Deportes» de riesgo
Hay muchas actividades recreativas al aire libre que implican altos niveles de esfuerzo físico, pero no tienen el elemento competitivo que lo convierte en un deporte. Ejemplos de ello son el paracaidismo, el barranquismo, o el puenting.

e-Sports
Nadie niega la creciente popularidad del fenómeno de los e-sports ni su condición de competición a nivel mundial, así como también admitimos que requieren práctica y disciplina. Pero, sintiéndolo mucho, por más concentración y habilidad que requiera, estar sentado en una silla mirando a la pantalla no es deporte… Es un entretenimiento apasionante ¡y nos encanta!

Tiro
El tiro, en cualquiera de sus modalidades -tiro con arco, tiro skeet, tiro de hélice, tiro deportivo o tiro olímpico- es el último de los deportes que no deberían ser considerados como tal de nuestra lista. Sí, es indiscutible que la precisión que requiere este deporte exige un enorme control físico del cuerpo, pero entendemos que eso es algo más mental que meramente físico: una persona en baja forma física pero con gran autocontrol mental y buena puntería es tan capaz de no errar el tiro como cualquier otro tirador que esté más en forma. Además, aunque requiere cierta habilidad física, no exige un esfuerzo como tal.

Póker, la última incorporación a los deportes que no deberían ser considerados como tal
El póker ha sido reconocido hace relativamente poco como «deporte mental», lo cual lo equipararía a otras disciplinas como el ajedrez. Sin embargo, y por razones obvias, no se puede considerar un deporte: requiere cero esfuerzo físico y se basa en gran medida en la suerte, no en la habilidad… No hay más preguntas, señoría.
