Comprar una moto es comprar experiencias, es comprar el viento golpeando en tu cara en cada kilómetro recorrido, es ver rincones de sueño y es sentir una libertad que pocas otras actividades nos pueden ayudar a vivir. Viajar en moto es sentir que vuelas contra las fuerzas de la naturaleza, es notar el aire puro en cada metro avanzado en tus propias carnes y es alcanzar rincones insólitos de una manera sencilla. Sin embargo, a la hora de adquirir un vehículo de estas características, muchos se preguntan si hacerlo con una nueva o de segunda mano. Ahora, todo depende de las necesidades y posibilidades de cada usuario.
Vender para comprar
Si estoy pensando en hacer una compra de estas características, es posible que ya tuviera un vehículo antes y que, ante la nueva adquisición, quiera vender mi moto. En estos casos, el proceso es mucho más sencillo de lo que se cree en un principio. Se trata de contactar con una empresa de confianza para que tase nuestras posesiones y nos haga una oferta que esté a la altura de las circunstancias. Una moto no es un mero objeto, cuenta con un montón de vivencias detrás. Por ello, lo mínimo que buscamos en estos casos es que no se trate de una mera transacción, sino que queramos una venta justa, sintiendo la empatía del personal de la empresa y que valore cada característica que defina a nuestro vehículo.
Además, a día de hoy existe la posibilidad de tasar moto online, lo que significa que podemos llevar a cabo este proceso de una manera mucho más sencilla, sin desplazamientos y en cualquier hora y lugar. Así, no importa en qué día o en qué momento nos encontremos, podemos echar cálculos y hacernos una idea de lo que podemos ganar con nuestra moto actual a golpe de «click». Así, si vemos una moto que nos gusta y que queremos comprar, tenemos la posibilidad de analizar con cuánto dinero contamos en la actualidad en pocos pasos.

Comprar una moto nueva
Es cierto que comprar una moto nueva puede ser la opción más segura. No deja de ser un vehículo a estrenar que no ha sufrido antes ningún tipo de percance. Asimismo, el periodo de garantía estará intacto, que suele ser, como mínimo, de dos años. Asimismo, es posible acceder al sistema de financiación que ofrece la empresa. Algunos de ellos presumen de ser muy interesantes.
Por otra parte, cuando se adquiere una moto nueva existe la ventaja de que que el vehículo estará perfectamente mantenido. A través del libro de mantenimiento se podrá ver que ha sido revisada de la manera adecuada y en los tiempos recomendados.
En el caso de que la moto se quiera mantener durante varios años, comprar una moto nueva puede ser una buena inversión. Hay personas que quieren tener durante un periodo corto una moto de menor cilindrada en lo que se saca un nuevo carnet. Sin embargo, otras quieren un vehículo definitivo en su día a día tras analizar las necesidades que se tengan en un momento concreto.
Comprar una moto de segunda mano
Ahora, comprar una moto de segunda mano también puede ser una decisión ideal. Existen numerosos modelos en el mercado y, normalmente, suelen presumir de un perfecto estado. Es sencillo encontrar vehículos de este tipo sin apenas uso y con una edad muy corta. Estas motos se pueden comprar tanto en un concesionario como a un particular. En este último caso, el precio suele ser menor al no existir ningún tipo de intermediario. Sin embargo, hay quien apuesta por la primera opción debido a la confianza que ofrece.
Las motos que ofrecen los profesionales cuentan, normalmente, con una garantía de un año. Así, si la moto falla en este tiempo se puede pedir que se arregle de manera gratuita. De esta forma, no se deben temer esos «vicios ocultos» que pasan desapercibidos en el momento de la venta pero que, a medida que se usa, se van dejando ver los desperfectos. Ahora, si se compra una moto a un particular, la garantía es de seis meses, lo que puede echar para atrás a muchas personas que buscan las máximas garantías en cada transacción.
De este modo, comprar una moto nueva o de segunda mano dependerá de nuestra situación actual, tanto a nivel económico como en otros aspectos que influirán a la hora de dar un paso adelante, o no, en un futuro próximo.