La capacidad de obtener un mejor o peor rendimiento deportivo es un rasgo complejo que depende tanto por factores genéticos y corporales como por factores ambientales. Muchas características físicas ayudan a determinar la capacidad atlética de un individuo, como son la fuerza de los músculos utilizados para el movimiento (músculos esqueléticos) y el tipo predominante de fibras que los componen, la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede entregar a sus tejidos (capacidad aeróbica), la masa muscular, la altura, flexibilidad, la coordinación, la capacidad intelectual e incluso la personalidad. Pero ¿De qué depende el contar o no con todos estos rasgos físicos y psíquicos? En este artículo explicamos cómo influyen las hormonas y la genética en el rendimiento deportivo para averiguarlo.
¿Cómo influyen las hormonas y la genética en el rendimiento deportivo?
Las hormonas y la genética en el rendimiento deportivo influyen en la medida en que facilitan la adaptación al ejercicio en función de los que se tengan o los que no mediante, por ejemplo, la estimulación de ciertas proteínas para la construcción de músculo, o la síntesis de enzimas que mejoran el manejo de la glucosa en una célula, y que son cruciales para la resistencia.
Hormona de crecimiento
Esta hormona favorece la composición saludable del cuerpo y la salud de los huesos. Puedes optimizar su producción natural fácilmente, ya que dos de los principales estímulos para la liberación de la misma son el sueño y el ejercicio.
Testosterona y estrógenos
Los estrógenos tienen un importante efecto beneficioso en la salud ósea y cardiovascular, mientras que la testosterona favorece la composición corporal magra y también la buena salud ósea. Por tanto, una baja producción de estrógenos o testosterona pueden aumentar el riesgo de lesiones. Para prevenirlo, puedes ayudarte de suplementos como tribulus terrestris de myfitbody, que contiene sustancias que potencian la producción de testosterona, aumentando el vigor y la fuerza muscular en las actividades deportivas.

Triyodotironina (T3) y Tiroxina (T4)
Estas hormonas potencian la actividad fisiológica y la quema de calorías mediante la inducción de la termogénesis y lipólisis, por lo que ayudan al cuerpo a mantenerse en un peso saludable apto para el ejercicio físico.
Cortisol
El cortisol influye en el rendimiento deportivo porque se encarga de estimular la síntesis de glucosa durante el ejercicio, lo que puede provocar una pérdida de masa muscular a largo plazo si se tienen los niveles muy elevados ya que la glucosa que es nuestra fuente de energía se obtiene de fuentes más rápidas como son los aminoácidos de nuestros músculos.
Los genes en el rendimiento deportivo
Los genes mejor estudiados asociados con el rendimiento atlético son el ACTN3 y el COL1A1. Para averiguar si cuentas con estos genes, puedes comprar el test genético myfitbody, que permite ayudar a los atletas aportándoles información personalizada para lograr sus objetivos de peso, fuerza y resistencia deseados, así como a saber qué tipo de entrenamientos pueden ser más favorecedores y qué lesiones se deben intentar evitar especialmente.
El gen ACTN3 influye en el tipo de fibra que compone los músculos y se ha relacionado con la fuerza y la resistencia, ya que desencadena la producción una proteína llamada alfa (α)-actinina-3. Esta proteína se encuentra predominantemente en las fibras musculares de contracción rápida, propia de atletas profesionales como levantadores de peso o velocistas.
El gen COL1A1, en cambio, determina la predisponibilidad a padecer determinadas lesiones deportivas como la rotura del ligamento cruzado anterior. Al ser uno de los genes que participan en la síntesis y estructura del colágeno y el acoplamiento de TT (alelos heredados de ambos padres), su ausencia puede determinar una predisposición a este tipo de lesiones.