Todos sabemos de la existencia del aquarunning, pero, en realidad, desconocemos en qué consiste y cuáles son los principales beneficios de este deporte tan completo. Por este motivo, a lo largo de este artículo resolveremos todas tus dudas respecto a esta actividad.
¿Qué es el aquarunning?
El aquarunning es una forma distinta de entrenar que consiste, como su propio nombre indica, en correr dentro del agua. Es ideal para recuperarse de determinadas lesiones y minimizar el riesgo de recaída. Asimismo, este entrenamiento cuenta con los beneficios que se obtienen al realizar running pero sin sufrir el duro impacto de esta actividad deportiva.
Su principal objetivo es lograr desplazamientos en una misma posición, pero utilizando las técnicas de la carrera en suelo. En principio, está pensado para realizarse en grupos, pero actualmente este deporte también es ejecutado de manera individual.
¿Quién pueden practicar el aquarunning?
Inicialmente era considerada una actividad dirigida sólo para un grupo de personas con ciertas condiciones médicas, pero, en realidad, puede ser practicada por todo aquel que quiera experimentar nuevas rutinas de ejercicios con muy buenos beneficios.
Tanto expertos corredores como aficionados se han incorporado a esta nueva modalidad para combinar los resultados de la carrera convencional con las ventajas de los ejercicios en el agua.
No es necesaria experiencia
Otra buena noticia es que no se requiere ser un experto en natación, ya que para adentrarse en la piscina y flotar se utilizan los equipos especiales con el fin de evitar riesgo alguno.
Además, se pueden establecer puntos marcados por una boya o por la pintura del borde de la piscina, lo que irá imponiendo metas a superar en cada rutina. Lo ideal es comenzar en trabajos grupales con la asistencia de un entrenador.
Forma de practicar el Aquarunning
Para practicar el aquarunning, se debe realizar el movimiento preferiblemente en la parte más profunda de la piscina. En todo caso, lo importante es quedar suspendido para darle movilidad a las piernas libremente, sin tocar el fondo con los pies. Esto, a su vez, da la posibilidad de ampliar las alternativas en distintas actividades de calentamiento.
Para lograr sujetarse y mantenerse a flote se requiere mantener una posición correcta del cuerpo. Se debe tener la cabeza, el cuello y los hombros fuera del agua, y el resto del cuerpo dentro de ésta, procurando permanecer con el tronco erguido.

¿Cómo lograr la posición ideal?
Para lograr esta posición, se usa chaleco salvavidas, flotadores abdominales o un cinturón de espuma. Sin embargo, existen también las cintas de correr sumergibles, que pueden brindar mayor fiabilidad dentro del agua y un ritmo de entrenamiento establecido.
Debe darse a los brazos y a las piernas el mismo movimiento que se realiza al correr, con gestos cíclicos, manteniendo la similitud de la postura del cuerpo con el trote común, siempre hacia delante con la cabeza levantada.
Plan de rutina
El plan de rutina dependerá de las condiciones físicas en las que se inicia y de la seguridad y destrezas que se vayan adquiriendo dentro de la piscina. En general pueden hacerse 4 o 5 series, alternando períodos de ejecución con reposo, o con bajas o altas intensidades.
Como todo entrenamiento, demanda de un calentamiento previo y de unos ejercicios de menor intensidad al finalizar.
Beneficios del aquarunning
Son múltiples los beneficios que se obtienen al realizar esta práctica, tanto para la salud como para el rendimiento deportivo.
Incrementa la fuerza y resistencia muscular
Aunque pueda creerse lo contrario, hacer running en el agua genera percepción de libertad y, por tanto, se agilizan más las piernas. En este caso es preponderante la intensidad y no la rapidez, y se obtienen fuerza y resistencia al mismo tiempo.
Tonificación
Se logran tonificar no solo las piernas, sino también otras partes del cuerpo. Hay una resistencia frente al agua, por lo que se activan los músculos de diversas zonas, incluyendo los brazos y el área abdominal. Asimismo, se obtiene mayor rendimiento con este tipo de actividad.
Disminución de la posibilidad de lesiones articulares y musculares
En este deporte, el impacto en las articulaciones disminuye considerablemente. No existe la presión que recae sobre las rodillas cuando se corre fuera del agua. Esto provoca que se trate de una buena terapia de rehabilitación, especialmente para corredores profesionales que necesitan subsanar sus lesiones sin interrumpir sus entrenamientos continuos.
Aumenta la capacidad pulmonar
La respiración que se emplea, al igual que en la natación, exigirá más oxígeno. Por ello, las vías respiratorias se sentirán con más fuerza.